30 chicos de Centro de Adolescentes Infractores (CAI) Virgilio Guerrero recibieron acondicionamiento físico, técnicas de artes marciales (muay thai) por parte de una organización neonazi. Foto: Plataforma Centro Simon Wiesenthal.
El taller se realizó el 9 de septiembre del 2020. Fue en la mañana y duró dos horas. Durante ese tiempo, unos 30 chicos de Centro de Adolescentes Infractores (CAI) Virgilio Guerrero recibieron acondicionamiento físico, técnicas de artes marciales (muay thai) y también aprendieron los saludos de la organización que lideró esta capacitación y que es señalada como neonazi.
La mañana de este miércoles 14 de octubre, Fernando Sánchez, director de Medidas Privativas para los Adolescentes Infractores, dio detalles de lo ocurrido al interior del centro. Él señaló que esta actividad no contaba con una aprobación escrita por parte de las autoridades.
Por este motivo, se desvinculó el 1 de octubre al funcionario que “autorizó de manera arbitraria” el ingreso de la organización. Se trata del excoordinador educativo del CAI. Según las investigaciones, él había mantenido un acercamiento previo con miembros de esa organización.
Este Diario se contactó con el extrabajador. Mediante un mensaje de texto señaló que no está en “condiciones de hablar de eso”. Él dijo que se esforzó para “darle a los chicos lo que necesitan”. Evitó más preguntas.
Para que una organización, fundación o cualquier otro tipo de agrupación acceda al centro a impartir capacitaciones, el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI) tiene normativas que se deben cumplir.
En ellas se indica que se debe firmar un acuerdo de cooperación. Ese documento sirve para conocer la identidad de las personas que van a ingresar, los objetivos de la agrupación, los materiales que se van a utilizar e incluso una programación a cumplir. Así se tienen garantías de que las actividades autorizadas sirvan para ayudar en la formación de los menores. En el caso de la organización señalada como neonazi, no hubo este documento.
En total, tres personas de una ‘hermandad’ ingresaron al centro. Incluso, metieron banderas de la organización y tomaron fotografías a los adolescentes que están en situación de vulnerabilidad. En las fotografías se ve que usan símbolos neonazis y los chicos los imitan.
De hecho, el Art. 52 del Código de la Niñez y Adolescencia prohíbe la publicación del nombre, así como la imagen de los menores acusados o sentenciados por delitos o faltas. En esta misma normativa se prohíbe la participación de menores en programas, mensajes de proselitismo político o religioso.
Tras conocerse en redes sociales las publicaciones de la ‘hermandad’, se prohibió cualquier tipo de acercamiento de esta organización al CAI Virgilio Guerrero. Incluso, se les impidió el acceso el fin de semana siguiente, cuando querían volver a ‘capacitar’ a los menores.
El taller en el que participaron los miembros del colectivo identificado con símbolos y tendencia neonazi trascendió fronteras. El Centro Simon Wiesenthal, una organización no gubernamental que enfrenta el racismo, la discriminación, la xenofobia, el terrorismo y el antisemitismo, condenó en un comunicado este tipo de instrucción en un centro de adolescentes infractores.
Este Diario se comunicó con Ariel Gelblung, director de la Oficina para América Latina con sede en Buenos Aires. Él señaló que se debe trabajar para contrarrestar los mensajes que difundió el grupo que dio la ‘capacitación’.
Propuso, por ejemplo, hacer una actividad, en la que él pueda, vía Internet, conversar con los adolescentes y así contrarrestar el mensaje de odio de grupos neonazis. “Sino buscaremos una entidad asociada que trabaja en Ecuador, ya sea Israel Sin Fronteras que pueda acercarse y tener una acercamiento con los jóvenes”. No descartó mantener un acuerdo con el Ministerio de Educación y otras autoridades encargadas de la formación de los menores.
Para él, los adolescentes infractores son vulnerables a mensajes de odio. “Para este tipo de gente (grupos neonazis) son futura carne de cañón y para nosotros son personas que se pueden recuperar”.
Desde el SNAI señalaron que el día en que se separó al funcionario, que permitió el acceso al grupo, también se habló con los chicos que participaron de la actividad para aclarar lo sucedido.