El aerosol de gas pimienta se vende sin mayor control en Ecuador

Cristina está molesta. Aún recuerda ese viernes 28 de septiembre. En la noche, cuando caminaba por Cumbayá, en las afueras de Quito, cinco personas pasaron junto a ella y uno le tocó su parte íntima. La reacción fue inmediata: activó el gas pimienta que llevaba y roció a uno de los sospechosos.

20 días después de esa escena, la joven cuenta que en Twitter le llegaron decenas de mensajes respaldando lo que había hecho. También hubo críticas a los agentes que la cuestionaron por utilizar el espray.

¿Es permitido el uso y la venta? El aerosol se expende en tiendas de Quito, Guayaquil, Cuenca y Tulcán. Este Diario visitó locales de la capital. Los dueños de los negocios no piden ningún documento a los compradores. Pero el vendedor sí debe cumplir requisitos. Al menos eso lo dice el Acuerdo Ministerial 270 del 2016.

En el documento se establece que los expendedores deben tener un certificado emitido por un laboratorio, donde se determine que el gas pimienta tiene hasta el 1,3% de capsaicina, su principal ingrediente. Si supera el porcentaje, la norma prohíbe su venta y distribución a la ciudadanía.

En la práctica, este producto se oferta libremente en Internet. Los precios varían entre USD 10 y 30. Los vendedores ofertan envíos a todo el país, al por mayor y menor.

Este Diario se comunicó con los teléfonos que aparecen en las ofertas on-line y los representantes de dos distribuidoras que operan en Guayaquil dijeron desconocer los requisitos que deben cumplir.

Uno de ellos contó que el producto viene de China.

¿Debe llevar algún documento para poder comprar? Dice que no y que puede hacer el pedido a través de Internet.

En un local de Quito, sus representantes también dicen desconocer las reglas a seguir.

En estos sitios incluso se venden pistolas con descarga eléctrica. Los vendedores dicen que sirve para defensa personal, que solo con una descarga se puede neutralizar a una persona. Los vendedores sugieren comprar la pistola, pues aseguran que es “efectiva”. Cuesta USD 10 la unidad.

En el acuerdo ministerial 270, la pistola de descarga no aparece entre los artículos que necesitan permiso para comercializar.

En el centro de Quito también se expende. Los informales colocan una mesa y ofertan.

“Llévese para que se defienda”, grita el vendedor, mientras hace pruebas de descarga eléctrica.

En el Ministerio del Interior se dijo que permanente se realizan controles entre Fuerzas Armadas y Policía y que los uniformados verifican que quienes venden el gas pimienta o armas no letales cuenten con los permisos para la comercialización e importación. Las sanciones por infringir la norma es la clausura del negocio.

María lleva un gas pimienta en su cartera o en su vehículo desde el pasado 21 de septiembre. Ese día asegura que dos sospechosos intentaron llevarse a su hijo de dos años. La mujer asegura que su esposo compró el espray hace seis meses. Lo adquirió en una página on-line y le entregaron a domicilio. Costó USD 17 más envío.

Dany también tiene un gas pimienta. Lo lleva en su bolso por precaución, cuando regresa a su casa en la noche.

No compró el producto en una tienda o vía on-line, lo elaboró en su casa, luego de observar tutoriales en Internet.

De hecho, en la web hay un sinnúmero de videos para fabricar este producto. No hay controles en esta plataforma.

Al usar el espray produce tos aguda, ardor de garganta, estornudos, irritación de nariz y ojos. Si la concentración del gas es mayor a la establecida en la norma puede resultar perjudicial para la salud.

Por eso, Diego Tipán, subsecretario de Seguridad del Ministerio del Interior, dice que el Acuerdo Ministerial 270 debería delimitar qué tipo de personas pueden tener acceso a estas armas no letales y controlar el uso que le piensan dar.

El funcionario también recomendó a quienes compren este producto que soliciten en las tiendas el certificado del laboratorio, en el que se indique que el porcentaje de capsaicina esté dentro del rango permitido. Sin embargo, en los frascos no aparece la cantidad que tienen de este compuesto.

Suplementos digitales