La masacre más grande en el sistema penitenciario de Ecuador ha dejado 118 presos fallecidos y 79 heridos. Familiares de las víctimas han padecido un verdadero vía crucis para recuperar sus cuerpos.
Decenas de familias aseguran que han pasado tres días buscando a sus allegados y no obtienen respuestas. Criminalística y Fiscalía ha informado que se han realizado la identificación de 40 cuerpos y 18 autopsias. Para la abogada en derechos Humanos, Daniela Oña, “el Estado es el responsable de garantizar la vida e integridad de los privados de libertad”, en Ecuador.
¿La vigencia del estado de excepción solucionará la crisis carcelaria?
Puede ayudar porque permite la movilización de recursos. Pero a mediano o largo plazo no servirá de nada si no se establece un plan con acciones concretas. Desde distintos sectores ya se han presentado propuestas. Se debe convocar a un espacio de diálogo para un plan en concreto y con plazos.
¿Quién responde los asesinatos al interior de la Penitenciaría?
El Estado es el responsable de garantizar la vida e integridad de los privados de libertad. Lo debe hacer a través de condiciones adecuadas, garantizando el acceso a alimentación, agua y servicios. También se debe proteger la vida de los detenidos a través de la seguridad. Hoy debe responder si efectivamente tomó o no las medidas necesarias para evitar estos hechos violentos.
¿Los familiares de las víctimas pueden tomar medidas contra el Estado?
Es muy posible que dentro del sistema Interamericano se activen mecanismos por estas muertes, siempre y cuando en el país no se determinen responsabilidades o no se sancionen a los responsables. Los familiares pueden tomar ese camino.
Hay sectores que justifican la masacre y dicen que está bien porque fue entre presos, ¿qué hay detrás de esas posiciones?
Es preocupante porque este discurso inicia por el Estado. Se está generalizando que todos son personas cruentas, crueles. Así se deshumaniza y se provoca que la ciudadanía tenga una imagen errónea de lo que está pasando. El discurso que ha venido trabajando el Gobierno es que esto es parte de una guerra de bandas. No se sabe los rostros, qué tipo de delito han cometido. Entonces, el discurso de esos sectores es un reflejo de esa deshumanización.
¿Qué sucederá si escala este tipo de imagen?
Ya lo estamos viendo. Recordemos cómo el miércoles se daban los nombres de los muertos en la morgue sin ningún tipo de protocolo o sensibilidad. Lo más probable es que si se mantiene esta imagen es que las persona que ingresan a las cárceles reduzcan aún más su posibilidad de rehabilitarse. Luego se legitimará que se retire servicios, no se invierta en ejes de tratamiento, de salud, o educación. La gente pensará que no será posible algún tipo de rehabilitación.
¿Cuál es la realidad actual de las cárceles en Derechos Humanos?
Si hiciéramos una evaluación, reprobaríamos porque la situación es contraria a la dignidad de las personas. Los estándares internacionales abarcan diferentes temas. No solo es el control en las cárceles. Es acceso el cumplimiento de una rehabilitación y la vinculación familiar y también social de los internos.