El jueves, Balda acudió a la audiencia de vinculación de Fausto Tamayo y Pablo Romero. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
La jueza de Garantías Penales de la Corte Nacional de Justicia, Daniela Camacho, aceptó la acusación particular que el exasambleísta Fernando Balda presentó en contra de tres policías de Inteligencia que están detenidos por su secuestro.
En el escrito de 25 hojas, que fue presentado el martes 29 de mayo, Balda detalló cómo ocurrió el plagio y además mencionó que no fue un delito común, sino que se trató de un “crimen orquestado desde el Estado”.
En las primeras páginas del documento consta que el hecho ocurrió la noche del 13 de agosto del 2012, en Bogotá, Colombia. Aproximadamente a las 20:45, cuatro hombres y una mujer lo golpearon y lo obligaron a subirse en un auto.
Cuando el vehículo estaba en movimiento, Balda dice haber escuchado que una de las personas conversaba telefónicamente y coordinaba el lugar al que tenían que llevarlo.
Pero el auto no llegó a su destino, pues un grupo de taxistas observó que en ese vehículo subieron de forma violenta a una persona y eso hizo que llamaran a la Policía.
Los uniformados colombianos emprendieron un operativo que permitió la captura de los secuestradores, quienes fueron procesados por la justicia colombiana y luego de diligencias judiciales recibieron una sentencia de cinco años.
Hasta la detención de estas personas en Colombia, todavía no se sabía de la actuación que habían tenido en este caso tres agentes que trabajaban para el servicio de Inteligencia de Ecuador.
Los policías ecuatorianos
Durante el proceso, los ciudadanos colombianos capturados cooperaron con la Fiscalía de su país y declararon que ellos solo fueron contratados por un agente que trabajaba en la Policía ecuatoriana.
En los documentos judicializados, Balda cuenta que los fiscales de Colombia le mostraron fotos de ese agente y aseguró que lo reconoció enseguida.
Se trataba de un hombre que meses antes se le había presentado como funcionario de una ONG y como propietario de una empresa de seguridad que funciona en Quito.
En el escrito señaló además que este agente se contactó con Balda por primera vez en un foro organizado por el expresidente colombiano, Álvaro Uribe. El hombre acudió al sitio acompañado de una mujer, que tras las investigaciones se determinó que también era una policía ecuatoriana.
Tras ese primer acercamiento, Balda dijo que el hombre se contactó en algunas ocasiones para pedirle citas con el fin de conversar sobre temas políticos. Se reunieron en lugares públicos, pero el día del secuestro la cita se produjo en un sitio distinto.
Balda explica que el hombre le pidió que le indicara dónde podía adquirir cámaras de seguridad y por ello lo puso en contacto con un amigo que conocía sobre esos temas.
Pero el agente le solicitó que el 13 de agosto se reunieran a las 17:00 para que lo acompañara a la empresa en donde debía hacer esas compras.
La cita se retrasó para las 20:00, pues el policía dijo que no podía llegar a la hora acordada. En su acusación, Balda mencionó que tras esa reunión el hombre se retiró y minutos después ocurrió el secuestro.
Un tercer involucrado
En la parte final de la acusación, se dice que el plagio constituiría una “grave violación a los derechos humanos”.
Estos detalles los tomó la Fiscalía, para acusar a los dos uniformados y a un tercero, que es señalado porque a la fecha de secuestro estuvo en Colombia.
El abogado de este último dijo ante la jueza Daniela Camacho que esperará los testimonios anticipados de otros dos detenidos. Y pidió que se precautelen los derechos y la seguridad de su defendido y de la familia. Ayer 1 de mayo, Balda dijo que un exfuncionario del anterior Gobierno se reunió en la cárcel con un procesado. ¿Acaso lo quieren callar?, se preguntó.
La Fiscalía ha detectado que durante las investigaciones se encontraron dos cheques que suman USD 21 280.
Según el fiscal General, Paúl Pérez, estos dineros fueron girados desde la cuenta del Banco del Pacífico de la Dirección General de Inteligencia de la Policía a favor de uno de los policías denunciados.
Para la defensa de Balda, es fundamental que se tome cuanto antes los testimonios anticipados de dos de los tres agentes que están procesados, pues afirman que solo a través de ellos se conocerá quién dio la orden del secuestro.
Dos de ellos firmaron un acuerdo de cooperación con la Fiscalía de Ecuador y por eso rendirán su versión antes de la audiencia de juzgamiento. Eso le ayudará a reducir las penas que fije la justicia.