Mateo, de 4 años, sufrió abuso sexual y golpes causados por su padre Vicente G. El agresor fue condenado a 17 años y cuatro meses de cárcel. Foto: Plataforma Fiscalía del Ecuador
14 lesiones, huellas de la violencia física y el abuso sexual intentan sanar en el cuerpo de Mateo (nombre protegido), de 4 años. El niño fue sometido a las agresiones de Vicente G., su padre, aunque no estaba reconocido formalmente. La madre, Lucía (nombre protegido), dejó a su pequeño bajo el cuidado del progenitor para poder ir a trabajar en el cantón Mejía, en el oriente de Quito.
La investigación del caso -a cargo del fiscal Rodolfo Robayo– reveló los abusos que sufrió Mateo y el Tribunal de Garantías Penales de la Unidad Judicial Sur, en Quitumbe, sentenció a Vicente G. a una condena de 17 años y cuatro meses en una cárcel ecuatoriana.
“La justicia lo encontró culpable de los delitos de lesiones en concordancia con violencia física contra la mujer o miembros del núcleo familiar y abuso sexual, en concurso real de infracciones”, detalla Fiscalía en un informe publicado el 26 de noviembre del 2020.
Lucía llegó a casa, en octubre del 2019, y halló a Mateo desmayado, golpeado y con signos claros de abuso sexual. Su primera reacción al ver a su pequeño agredido fue golpear a Vicente G. y sacarlo de la vivienda. El hombre huyó.
Mateo fue ingresado a dos centros de salud locales antes de ser hospitalizado en el Baca Ortiz, ubicado en Quito. El informe médico legal establece que en el cuerpo del pequeño se encontraron 14 lesiones genitales y extragenitales. Debido a las heridas, el equipo médico que lo evaluó determinó una incapacidad física de entre 30 y 90 días. El infante permaneció internado en la casa de salud más de un mes hasta su recuperación. Después, el caso comenzó a ser investigado por la Fiscalía de Mejía y ese mismo año, Vicente G. fue detenido.
Durante la audiencia de juzgamiento, se reprodujo el testimonio anticipado del pequeño. Mateo dijo: “Vicente me pegó en la barriga, porque me porté mal” y lo repitió más de una vez ante la psicóloga y trabajadora social de Fiscalía. “Incluso, al pasar frente a la casa donde sucedieron los hechos, el niño fijó su mirada allí, como recordando lo sucedido”, afirmó la trabajadora social ante el Tribunal de Garantías Penales.
El fiscal Robayo expuso, además, que las heridas “no fueron producto de un accidente, fueron causadas deliberadamente”. Lo dijo como una réplica frente a los argumentos de la defensa legal de Vicente G., que sostuvo: “le dio unas nalgadas, cayó y se rompió el labio”.
El caso tomó un giro durante la investigación, pues la madre aseguró a Fiscalía que ya no deseaba continuar con la denuncia. Tampoco estuvo en el juicio contra su expareja.
Vicente G. fue procesado por los artículos 156 (violencia física contra la mujer o miembros del núcleo familiar), en concordancia con el artículo 152, numeral 3 (lesiones); art. 170, inciso 3 (abuso sexual a un menor de seis años), más agravantes estipulado en el artículo 20 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) que establece que “cuando a una persona le son atribuidas varios delitos autónomos e independientes se acumularán las penas hasta un máximo del doble de la pena más grave”. Por eso, la sentencia del agresor asciende a 17 años y cuatro meses.