Los riesgos en la S. Bolívar crecen

Redacción Quito

Un letrero del Municipio de Quito, que advierte sobre el peligro de posibles deslaves, anuncia la entrada a Pueblo Unido Alto, en el suroriente de Quito. El barrio está asentado en una colina, a un costado de la avenida Simón Bolívar.

Mercedes Jurado, vecina de Los Pinos, uno de los siete sectores de la barriada, asegura que el acceso al sitio era  imposible en  invierno, “las calles de tierra se convertían en ríos”.

La norma vigente
El uso del suelo en la avenida Simón Bolívar está determinado por estudios de planificación territorial vigentes desde 2008 y varía según el sector.
Estudios de planificación territorial determinan la incorporación de nuevas lotizaciones en el zona urbana en períodos que van de 5, 10  ó 15 años.
La Ordenanza nro. 0024, que establece el plan de Uso  y Ocupación del Suelo, define 16 formas de uso del suelo en la ciudad de Quito.Guido Aguiar, coordinador del sector de La Victoria, comenta que hace aproximadamente un año, el agua bajó por la pendiente durante un aguacero y  arrasó con la pared de una casa. Los moradores de la vivienda fueron rescatados por los vecinos y un equipo de emergencia que llegó al lugar.  

El problema, dice Aguiar, se debe a la falta de alcantarillado en las calles, que impide que el agua lluvia se desfogue. La ausencia de obras obligó a los lugareños a construir pozos sépticos para eliminar las aguas servidas, así como de  canales improvisados, para desviar el agua lluvia.

Aguiar refiere, además, que los vecinos del barrio contiguo, San Martín de Porres, también construyeron canales artesanales y pozos sépticos. Y se da el caso de que el agua lluvia desciende por las empinadas calles de San Martín de Porres  y Pueblo Unido hacia la Simón Bolívar.

El agua que cae se filtra por la montaña y humedece el terreno en el cual se   asientan ambas cooperativas de vivienda, que son asentamientos ilegales. Desde la avenida, por la cual circulan más de 50 000 vehículos en las horas pico, se descubre a simple vista  la humedad del terreno.

Los pozos sépticos y las tuberías ilegales que llegan a los taludes y aflojan la tierra son una de las causas de los deslaves que se producen en la importante arteria vial, como los tres que ocurrieron en semanas pasadas, a la altura de La Forestal IV, otro asentamiento  ilegal. En el sector se trabaja en la limpieza de los más de 6 000 m³ de tierra, que bloquearon la circulación en la avenida el miércoles anterior.

El concejal Sergio Garnica, presidente de la Comisión de Uso y Ocupación de Suelo, dice que los asentamientos informales no pueden acceder a los servicios y obras de infraestructura que ofrece el Municipio. “No se pueden entregar obras mientras no se resuelva la situación legal de estos asentamientos”.

El problema se repite en La Argelia Alta. La construcción de las casas al filo de la pendiente constituye un riesgo, debido a la humedad  del terreno. “La casa tiembla cuando pasan carros pesados por la avenida”, refiere la lugareña Martha Espinel.

Algo similar ocurre en La Perla Quiteña. Los vecinos también construyeron pozos sépticos y canales que conduzcan los líquidos residuales  a la quebrada.

Este barrio se asienta en una pendiente al borde de una quebrada que llega al río Machángara, a un costado de la vía a Tumbaco. 

La construcción de muros o la reubicación de los habitantes son las alternativas que prevé el concejal Garnica. René Vallejo, de Planificación Territorial del Municipio, apoya esa tesis.

Punto de Vista. Alberto Andino/ Arquitecto

La reubicación es una opción

El Municipio tiene la responsabilidad de generar nuevos proyectos de vivienda que ofrezcan una alternativa a las personas que están en los asentamientos irregulares.

La intervención sobre el territorio, debido a la falta de servicios e infraestructura en estos asentamientos, incrementa los riesgos de deslaves y otros problemas.
El irrespeto de las normas técnicas para la edificación de viviendas pone en riesgo la seguridad de sus habitantes. Por eso es necesario proponer proyectos para la reubicación de las viviendas asentadas en las zonas de riesgo.

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