Rafaelino y la lámpara lamparosa
Su Majestad, en una de sus últimas intervenciones, declaró que las preguntas de la consulta habían sido analizadas por los siete sabios de la Grecia y los genios de la lámpara y que él, y solo él, garantizaba que eran constitucionales. Pero un palafrenero de Palacio soltó la lengua y dijo que vio al Rafaelino frotar la lámpara maravillosa y que no salieron los tales genios. Lo único que salió fue el ‘malgenio’ de Mera y, cuando frotó al Alexis, salieron las 10 preguntas soquetísimas que ya conoce todo el país.
Si hubiesen tales sabios, lo lógico sería que dialoguen con constitucionalistas de carne y hueso, que sí existen en los colegios profesionales. Pero como esos genios podrían salir mal parados, Rafaelino no acepta el tete a tete.
Por allí, en las calles de Quito, un grafiti sugiere que los jueces sean elegidos por el pueblo, no por Correa. Pero nos meteríamos en honduras con tal campaña: ‘Vote por Camaleón Justiciero, que garantiza ser testigo, fiscal y juez’, ‘Vote por Alexis, la mera pepa de la Justicia’, ‘Sentencias a su gusto y antojo si vota por Juan Tramojo’, ‘La balanza a su favor si vota por este doctor’, ‘Seré juez y parte si vota por yo: Justino Malaparte’.
Pero hay 50 asambleístas que viven en la luna (del Paco), aún creen en la lámpara, y quedaron sordos, ciegos y mudos ante el estropicio. Como bien dijo el filósofo charrúa KintoLucky, “no hay cómo mandarlos a la m' porque cobrarían viáticos”.