Su primera obra: un monigote de Don Evaristo, de 1,30 metros de altura y elaborado con cartón. Paúl Oña lo realizó cuando tenía 12 años. Esa fue su motivación para 15 años después decidirse a participar por primera vez en el concurso de años viejos.
Oña conoció de cerca a Ernesto Albán, quien dio vida al personaje quiteño ‘Don Evaristo’. El actor vivía en la casa del hermano de Oña, en el tradicional barrio San Marcos, en el Centro.
“En ese momento reflexioné: si hice un monigote de niño, por qué no intentar hacerlo ahora y concursar. Fui madurando la idea de hacer más monigotes, pero de gran tamaño”, recuerda Oña.
Este quiteño de 35 años ha participado durante 8 años consecutivos en el concurso. En tres ocasiones ganó. A un día de una nueva participación, ocho muñecos de más de 2 metros de altura están casi listos en su taller (el garaje de su casa, en Pisullí).
Sus principales herramientas de trabajo para la elaboración son esponjas, lacas, esmaltes, tíñer y madera para la estructura de los monigotes. En armar cada muñeco se demora un día y en pintarlo, un día más. Este año, el tema escogido tiene que ver con los impuestos y con las leyes para inocentes.
“Escogí el nombre Impuestos y leyes para inocentes, porque representa la ley de alimentos, que es el juicio que está ya preganado, y ahora se volvió un negocio”, asegura Oña.
La reproducción de caras le resulta más difícil, porque sus detalles, además, porque son una parte componente del muñeco. La nariz, los ojos, la boca y las orejas son elaborados individualmente y luego pegados en el rostro de esponja. La creación de este trabajo le lleva cuatro días.
Oña es carpintero desde hace más de 15 años. Mientras la esponja toma forma de rostros gigantes, deja volar su imaginación. No se ayuda de fotos, porque en su opinión es aferrarse a que el muñeco quede idéntico a la imagen. Para el concurso de este año, invirtió USD 800.
Metrohoy, la empresa que organiza el concurso, le auspicia con USD 400 y el resto va por su cuenta. “En los concursos he ido de menos a más”.
Primero ganó el quinto premio, luego el segundo y después el primero. En el 2005 quedó en el segundo lugar, con el tema ‘La caída de Lucio’. En el 2006 ganó el primer lugar, con la representación de los jugadores de la Selección, recibió USD 2 000. En ese año no sabía cómo parar a los muñecos en la tarima. No tomó en cuenta que necesita unos soportes.
La confección de monigotes y de caretas empezó hace unas semanas atrás en diferentes sectores de la ciudad. Por ejemplo, en la Ferroviaria, José Chiza Panta y su familia se dedican al oficio desde hace 17 años.
Chiza vende caretas al por mayor. Sus principales clientes son los comerciantes que instalan sus puestos en el parque La Carolina, en la av. América y en el mercado de Chiriyacu, principalmente.
Ayer, en las aceras de la av. América y Selva Alegre ya se instalaron los puestos para la venta de caretas, viejos y disfraces. En los semáforos de las principales intersecciones se ofertan gafas con el número 2012 en la parte superior. Cuestan USD 1.
El concurso de años viejos se realizará mañana en la av. Amazonas. Está previsto que desde el mediodía empieza la colocación de los monigotes gigantes.
Testimonio
Eduardo Regalado/ Comprador
‘La careta es lo más importante del año viejo’
Todos los años salgo junto con mis hijos a comprar las caretas de los años viejos y algunas pelucas para los disfraces de viuda de mis sobrinos. La careta es la parte más importante del monigote, con ella identificamos a quien queremos quemar en el año que se va. Yo compré una del Alcalde y dos que medio se parecen a unos primos que regresaron de viaje.
Para la fiesta de fin de año, la familia de mi esposa y la mía se reúnen en mi casa. Por esa razón elaboramos tres monigotes, lo hacemos con ropa vieja o de algún familiar que le haya ido mal en el trascurso de este año.
No es necesario ir hasta el Centro para comprar caretas, pelucas o accesorios para las viudas. Cerca de mi casa , en la avenida América se instalan desde el 28 de diciembre varios puestos con variedad de productos de fin de año.
Los precios son accesibles. Cada careta me costó USD 3 y las pelucas, dependiendo de su tamaño, USD 9. También compré gafas con el diseño del 2012 para los más pequeños de la casa.