A cinco meses de que el Metro de Quito empiece a operar, el consorcio que ganó la licitación para hacerse cargo del sistema trabaja en la etapa precontractual y se espera que la firma del contrato sea en agosto.
La operación del Metro tendrá un costo de USD 160 millones por los seis años que durará el contrato, lo que incluye la preoperación y la operación. Así lo detalla Thomas Lavernhe, gerente de desarrollo de Grupo Transdev.
Plazas de trabajo
Lavernhe explica que la mayor parte de los USD 160 millones que costará la operación de este sistema será destinada para el pago de sueldos del personal.
Se estima que con unas 600 personas se ponga a operar el Metro, entre cargos directos y de empresas contratistas que se dedicarán a temas de limpieza y seguridad.
El 99% del personal será ecuatoriano. El consorcio traerá desde sus casas matrices trabajadores clave para puestos estratégicos como las gerencias, donde se necesita gente con amplia experiencia en sistemas ferroviarios.
El objetivo es mantener una política de contratación local para capacitar, formar y emplear a personas que vivan en Quito y así generar una dinámica local positiva.
Actualmente se encuentran redactando los perfiles que se necesitarán. Hay diferentes cargos que tienen que ver con personal de recaudo, de venta, técnicos, maquinistas, personal de estación, supervisores, agentes de estaciones, entre otros.
Además de cumplir con el perfil, el aspirante deberá pasar pruebas psicotécnicas y exámenes.
María Victoria Giraldo, jefa de negocios del Metro de Medellín, cuenta que ese tipo de procesos los han llevado a cabo en varias ciudades del mundo y pidió paciencia a la ciudadanía.
Se espera que la contratación del personal sea a largo plazo, para que aprovechen al máximo los conocimientos que adquieran de las capacitaciones y de la prácticas.
Por ejemplo, una persona que busca el puesto de maquinista deberá cumplir con ciertas características físicas, como, por ejemplo, tener una altura que esté entre una mínima y una máxima, pasar exámenes visuales, temas auditivos, tener una espalda sana, pasar pruebas donde muestre que es capaz de estar concentrado y hacer operaciones repetitivas.
Cada puesto requerirá condiciones físicas y psicológicas diferentes. Lavernhe añade que buscan colaboradores sensibles a los temas de seguridad, que trabajen con pasión, que estén comprometidos con la calidad del servicio y dispuestos a trabajar en equipo.
El mayor reto para el consorcio es lograr poner a operar al Metro en diciembre. Sí es posible, dicen, pero requiere de un arduo trabajo. Esa fue una de las razones por las cuales ambas empresas decidieron unirse, para sumar experiencia y cumplir el objetivo de habilitar este año el sistema de movilidad que, según los operadores, cambiará Quito y transformará el sistema de transporte masivo.
Tarea pendiente
Aún hay mucho por hacer, pero se está cumpliendo el cronograma. Está pendiente la realización de planes detallados y manuales con protocolos que servirán de base para la operación. El consorcio presentó borradores de los planes, pero es necesario afinarlos para que estén listos a tiempo.
El consorcio se hará cargo de la gestión del centro de control y de operación, maquinistas, manejo y seguridad de las estaciones, aseo y cultura metro, entre otras tareas.
Metro de Medellín se destaca por su trabajo en cultura metro. Giraldo cuenta que prevén llegar a usuarios, en especial niños y adolescentes, para inculcar el cuidado y amor al Metro e incluso llevar esa formación a las aulas.
Esa es la única forma, dice, de comprometer a la ciudadanía y de blindar el sistema en momentos difíciles como manifestaciones. Agrega que otro tema importante es la equidad de género en la contratación del personal.