Ampliar el Pico y placa a todo el día es una posibilidad que el alcalde electo Pabel Muñoz no descarta.
Expertos en movilidad analizaron la propuesta y dieron tres opciones que pudieran ayudar a mejorar la congestión en Quito sin extender la restricción vehicular.
Mario Villagómez, experto en economía del transporte, Lenin Morales y Alfredo Viteri, expertos en Movilidad, barajan tres opciones que buscan mejorar la actual realidad en las vías capitalinas.
Mejorar la distribución de la ocupación de las vías
Una cosa es clara: no hay vías para tanto carro. Se calcula que en Quito circulan más de 550 000 vehículos tomando en cuenta la población flotante que llega temporalmente de otras provincias.
Por esa razón, la ocupación de las vías se satura en especial en horas pico. Pensar en una mejor distribución de esa ocupación vial es una alternativa que podría ayudar a mermar la congestión.
La propuesta es que el poco espacio vial que tiene Quito no debe ser ocupado por todos los autos al mismo tiempo, de modo que se podría hacer una diferenciación del inicio y terminación de las actividades laborales en la ciudad.
Tal y como se lo hace cuando inicia el año lectivo. Se podría pensar, por ejemplo, en adelantar o retrasar la hora de entrada y salida a oficinas de dependencias municipales o empresas privadas.
Sincronización inteligente de semáforos
El Pico y placa es una medida eficiente para reducir la contaminación no la congestión. Dicen los expertos que ampliar la medida para tratar de mejorar la movilidad es como usar un martillo para sacar un tornillo.
La semaforización inteligente es una buena alternativa. Consiste en colocar todo un equipo de sensores en las intersecciones de modo que se pueda crear lo que se conoce como ola verde (semáforos en verde) para beneficiar a los corredores exclusivos.
Los aparatos mandan una señal para priorizar el transporte público. Así, además, se desmotiva el uso del transporte público y el usuario entiende que si viaja en bus va a llegar más rápido a su destino.
La medida debe ir de la mano con una mejora en los carriles exclusivos, mayor control para evitar que particulares evadan esos carriles y mejor cobertura de sus alimentadores.
Premiar si más gente viaja en un auto
Otra de las formas es motivar a la gente a que comparta su vehículo. En Quito, cada vehículo lleva un pasajero (el conductor).
Por ejemplo, habilitar ciertas vías exclusivas que únicamente pueden ser usadas por autos que lleven tres o más usuarios.
Se podría proponer que uno o dos carriles de la avenida Simón Bolívar o la Mariscal Sucre sean restringidas para los autos, excepto si estos llevan además del conductor, dos pasajeros adicionales.
Eso haría que muchas personas prefieran dejar el auto en casa y compartir el vehículo con sus conocidos. Sería cuestión de que se organicen y cambien sus dinámicas de movilidad.
Los tres expertos coinciden en que se debe crear incentivos en lugar de prohibir.
En economía de transporte hay dos formas de hacer las cosas: una es dar incentivos positivos y otra es con negativos. Dar zanahoria o dar garrote.
En varios países se ha comprobado que cuando se prohíbe algo paralelamente se generan mercados paralelos, mercados negros.
Lo que hace la gente es comprar carro usados de otra placa, alterar las placa, comprar carros nuevos o motos.
Eso ocurre porque a la gente se le prohíbe sacar su carro y no se le dan buenas alternativas para movilizarse.
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