80 personas que pertenecen a programas impulsados por el Patronato, fueron beneficiados con sillas de ruedas para mejorar su calidad de vida. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Segundo Tite tiene 60 años y una imposibilidad severa para caminar, pues perdió uno de sus pies. Él no recuerda haber tenido familia, ni un hogar. Las calles del Centro Histórico de Quito se convirtieron en su sitio para pedir ayuda y pernoctar.
Pero hace tres años fue abordado por una brigada del Patronato Municipal San José y desde entonces recibe alimentación, vestimenta y un lugar para dormir.
Durante los últimos meses sus piernas casi no le responden y su fiel muleta ya no es suficiente para poderse movilizar.
La mañana de hoy, miércoles 14 de marzo del 2018, recibió un gran aliciente cuando le entregaron una silla de ruedas.
“Sé que me va a servir, pero tengo un poco de miedo por los carros y porque aún no sé cómo hay que manejarla”, comentó Segundo.
Como él, otras 79 personas que pertenecen a programas impulsados por el Patronato como 60 y Piquito, Habitantes de Calle y Centros de Discapacidad, fueron beneficiados con sillas de ruedas para mejorar su calidad de vida.
María Fernanda Pacheco, presidenta del Patronato San José, explicó que las 80 sillas entregadas corresponden a un aporte de la empresa privada.
“En muchos casos las familias no han podido acceder a una silla de ruedas. En promedio tienen un costo de USD 150”, comentó la funcionaria.
Además destacó la solidaridad de las empresas privadas para contribuir con los más vulnerables.