A las 11:00 de ayer, unas 100 personas hacían fila para tomar un turno en las afueras del Registro de la Propiedad, ubicado en la Ulloa y Murgeón, en el norte de la ciudad. Adentro, otras 150 personas esperaban ser atendidas, en las sillas.
Cerca del mediodía, un funcionario del Registro de la Propiedad (no se identificó) se dirigió a la gente que estaba en la fila, para informar que ya no darían más turnos porque el sistema estaba caído. “Nos dijeron que desalojemos, que ya no habrá atención porque se fue el sistema. Ahí, la gente se molestó, empezó a gritar y a empujar las puertas. Logramos entrar unas 50 personas, hasta que llegó la Policía y bloquearon el ingreso”, contó Tania Mijas.
Adentro, agentes de las policías Nacional y Metropolitana controlaban que no haya disturbios y que la gente que logró entrar tome su turno ordenadamente.
Antes del mediodía, el sistema se restableció y las 18 ventanillas empezaron a operar con normalidad. Nancy Baker permanecía parada frente a una de las pantallas donde se anuncian los turnos. Ella contó que estuvo tres horas en la fila. “Logré entrar solamente porque se armó el despelote, caso contrario seguiría esperando por un turno”, contó molesta.
Carlos Velásquez, otro usuario, permanecía sentado mirando las ventanillas. Tenía el turno 320. “He perdido toda la mañana. La mala atención impacientó a la gente. Es un insulto por lo mucho que hay que esperar. Mire, recién están en el turno 256, todavía tengo algunas horas para esperar”, dijo, con un evidente enojo.
Cuatro agentes controlaban el ingreso de las personas a la entidad. “Hacemos pasar en grupos de 10 cuando vemos que adentro está más libre. Es para evitar el amontonamiento”, dijo la agente metropolitana Pozo.
Afuera en la fila, al mediodía, permanecían unas 40 personas, también custodiadas por agentes. A las 12:40, Galo Yánez llegaba al sitio. “Ojalá hoy no tenga que esperar demasiado. Uno ya está hecho al dolor. Acá nos tratan mal”.