Los tractores retiraban el hielo de las calles, tal como ocurre cuando limpian las vías de Nueva York luego de una nevada. La escena tuvo lugar en Chiriyacu, en el sur de Quito, tras la granizada más fuerte que ha soportado la capital en este año, la tarde del lunes 1 de noviembre del 2021.
En algunos sectores, el hielo alcanzó el medio metro de altura y fue necesaria maquinaria pesada para limpiar. Los bomberos atendieron 14 emergencias.
Las intensas lluvias, las tormentas eléctricas y las granizadas son normales durante esta época. Raúl Parra, pronosticador del Inamhi, recordó que Quito tiene dos picos en cuanto a precipitaciones se refiere, en octubre cuando empieza la época lluviosa, y en marzo y abril cuando termina.
Las estadísticas muestran que las condiciones que se han presentado hasta el momento en la capital, de manera general, están dentro de lo esperado. Pero hay zonas en el sur y en los valles donde se registraron anomalías. En La Tola, en Tumbaco se presentaron una de ellas. Allí, lo habitual es que lluevan 107,9 milímetros (mm), es decir, 107,9 litros por m2, pero cayeron más del doble de lo esperado. En Tababela se esperaban 59,2 mm, pero recibió casi el triple de lluvia.
En Iñaquito también aumentaron las precipitaciones, pero dentro de lo que se considera normal. En octubre llueven habitualmente 113,3 mm. Este año cayeron 184,6 mm. El anterior fueron apenas 53,4 mm.
Parra explica que en 2020 hubo déficit de precipitaciones en la capital, por lo que en las estaciones se registraron cifras muy por debajo de lo esperado. Este año, en cambio, la lluvia superó las expectativas.
Parra indicó que en San Antonio de Pichincha (norte), debido a las condiciones topográficas, la zona es más seca y hay menos lluvia, por lo que no se registraron novedades.
El técnico explica que estos fenómenos se deben a las corrientes que llegan desde la cuenca amazónica y desde Brasil, que permiten que haya mayor ingreso de humedad, lo que no solamente influye en la cantidad de lluvia sino en las tormentas eléctricas y en la formación de granizo. En época lluviosa hay una gran acumulación de energía debido a las mañanas soleadas con cielos despejados. Si a eso se le suma el ingreso de humedad, el resultado es una tormenta.
La acumulación de energía permite la condensación de humedad en las nubes, y si esta se eleva, sobrepasa los 12,5 kilómetros de altura, llega al límite de la tropósfera (donde la temperatura puede alcanzar los menos 72°C), el líquido se solidifica y, dependiendo de las condiciones de la ciudad y de la carga de humedad, cae a la tierra en forma de granizo. Eso fue lo que ocurrió el lunes.
En El Sena, cinco familias resultaron afectadas por las lluvias. “El agua bajaba como cascada” es la primera frase que mencionan los miembros de las familias que habitan a un costado del río Machángara,
Bryan Chamorro, subteniente de los Bomberos, indicó que uno de los principales riesgos es un posible incremento del caudal del río, por lo que ya se reportó al COE Metropolitano para que defina acciones.
Las moradoras Violeta Pérez y Alexandra Ruiz, pidieron la intervención del Cabildo para evitar futuras emergencias.
Agua de Quito señaló que el evento del lunes fue atípico, por la cantidad de granizo que cayó y que tapó los sumideros.
Según el Inamhi, para las próximas 48 horas las condiciones climáticas serán similares a las de los últimos días, con horas de sol en las mañanas y lluvias dispersas en las tardes. No se descartan tormentas eléctricas ni granizadas, principalmente el viernes.