La cercanía a un parque metropolitano, una plataforma gubernamental, la terminal terrestre, comercios y urbanizaciones nuevas hacen de Quitumbe (sur) una de las parroquias con mayor potencial de crecimiento del Distrito. Algo similar ocurre en Calderón, en el extremo norte de la ciudad.
Los habitantes de estas zonas tienen a pocos minutos de distancia casi todo lo necesario. Pero, a diario, muchos residentes recorren extensos trayectos de hasta 90 minutos en bus para llegar al hipercentro del Distrito, donde están agrupadas las oficinas del sector público y privado, así como las sucursales financieras.
Para evitar esta concentración de actividades en una única zona de la ciudad, la Secretaría Metropolitana de Territorio trabajó en dos nuevas herramientas que buscan un desarrollo urbanístico más ordenado y que reemplazarán al actual Plan de Uso y Ocupación de Suelo (PUOS).
Se trata de los planes Metropolitanos de Desarrollo y Ordenamiento Territorial (Pmdot) y del Uso y Gestión de Suelo (PUGS). Ambos se complementan y deben aprobarse como una ordenanza, máximo hasta el 14 de septiembre, según la Ley Orgánica de Desarrollo Territorial, pero, debido a los problemas de gobernabilidad que atraviesa Quito, el Concejo no ha podido sesionar y tratar este tema.
¿Cómo ayudarían estos nuevos instrumentos al desarrollo de la urbe? El secretario de Territorio, Vladimir Tapia, explica que los proyectos proponen un cambio de modelo de ciudad, de una urbe expansiva hacia áreas rurales, a una desconcentrada y equitativa.
La idea, agrega el Secretario, es que se implemente un modelo policéntrico que motive a los habitantes a no alejarse más de las zonas urbanas y a quedarse en sitios que ya tienen acceso a servicios y transporte, para que su calidad de vida no se vea afectada.
Para lograr ese cometido, el primer plan funciona como una guía de ese modelo; mientras que el PUGS establece las reglas del uso de suelo a manera de normativa. Se trata de un complemento que define las áreas rurales y urbanas, así como el dónde y cómo se debe construir. A decir de Tapia, es el que establece las “reglas del juego” para la planificación.
“La ciudad ha ido creciendo de una forma agresiva, desorganizada hacia lugares como las faldas del Pichincha, laderas y quebradas. Eso tiene muchos impactos negativos, principalmente ambientales y sociales. Esos son los dos ejes enmarcados en solucionar”, insiste el Secretario.
Una encuesta hecha por el colectivo Quito Cómo Vamos -que analizó varios aspectos de la ciudad, en el 2020- encontró una tendencia inevitable de crecimiento poblacional en Quito hacia las áreas rurales. Según este estudio, las parroquias que figuran con la mayor tasa de crecimiento para los próximos 10 años son Calderón, San Antonio, Nayón, Conocoto, Cumbayá y Pomasqui.
Cumbayá, por ejemplo, era hace un par de años una parroquia rural y creció desordenadamente. Si bien ya alberga instituciones educativas y grandes infraestructuras comerciales, sus moradores aún presentan dificultades para trasladarse hacia el centro de la capital. En Tumbaco, otro punto de crecimiento, incluso hay malestar por la avanzada invasión a zonas ecológicamente importantes.
Cecilia Pacheco, de la iniciativa Ilaló Verde, opina que ambos planes son positivos porque buscan ese rescate de la planificación con la recuperación de las planicies y el cuidado de las zonas ecológicas. En la Alcaldía anterior, indicó, ya se redujeron muchos de esos espacios en toda la ciudad.
Pacheco ha participado en las jornadas de difusión mientras se construyó el PUGS, con el objetivo de incluir al Ilaló en la planificación, pero sin que se invada sus espacios verdes.
Para María José Chávez, arquitecta y urbanista, la creación de hipercentros es clave para un crecimiento ordenado, pero siempre y cuando se piense en nodos de movilidad. Es decir, en soluciones de transporte que garanticen a los habitantes de esos espacios una accesibilidad adecuada y que simultáneamente generen una activación de dicha zona.
Ella agrega que, tras ese objetivo, precisamente, se han unificado en la capital las estaciones de sistemas de transporte importantes, como el Trolebús y el Metro. En eso coincide Tapia al considerar los alrededores del Parque Bicentenario como otro punto de expansión urbanística, justamente por su cercanía a la que será la estación central del Metro.
El edil René Bedón, quien preside la Comisión de Uso de Suelo, añade que hay otros beneficios del PUGS para incentivar la descentralización, como la generación de recursos económicos a través de una comisión onerosa de derechos. Es decir, se incluirá una especie de captura de plusvalía que se entregará al Municipio por las construcciones que alcancen determinadas alturas.
El propósito es que esos recursos se destinen a las zonas que requieran de la implementación de servicios. El PUGS, que es un anexo del Pmdot, debe ser enviado a la Comisión de Planificación del Concejo para que se revise en primer debate. Pero, mientras no se solucione la situación jurídica de la ciudad, no podrá tratarse.