Si tienes poco tiempo, te lo resumimos en estas líneas:
- El Metro ha marcado un cambio en la movilidad al ofrecer ahorro de tiempo, seguridad y menos tráfico vehicular.
- A pesar de ser hasta 40% más caro que otras opciones de transporte, los usuarios del Metro priorizan la eficiencia.
- Aún persisten desafíos en la conectividad del Metro con zonas alejadas de la Quito.
Desde su apertura el 1 de diciembre de 2023, el Metro de Quito ha revolucionado la movilidad. Los usuarios han optado por este medio de transporte por las ventajas que ofrece: ahorro de tiempo, mayor seguridad y reducción del tráfico vehicular. Estos beneficios compensan, en ciertos casos, el costo del servicio.
En los primeros 101 días, el Metro registró un promedio de 132 000 viajes diarios, superando las expectativas iniciales. Los usuarios ahorran entre 50% y 75% de tiempo en comparación con el transporte tradicional.
Las estaciones de Quitumbe, El Labrador e Iñaquito registran mayor afluencia de personas, en las horas pico de la mañana, en dirección sur-norte y en la tarde, de 16:00 a 20:00, en sentido contrario.
Ahorro de tiempo con el Metro de Quito
Marlon Bayas, de 32 años, invertía hora y media hasta dos horas para trasladarse desde Quitumbe hasta Jipijapa, en el norte, en donde labora. Ahora lo hace en 32 minutos. Esto hizo que dejara de usar su auto.
Ian Quito y David Aguilar, ambos de 23 años, coinciden en que sus viajes se han acortado de hora y media a 45 o 40 minutos hasta El Labrador y El Ejido, respectivamente. David aprovecha para leer mientras viaja en el tren.
Los viajes son más rápidos en comparación con el transporte común. Por ejemplo, el promedio de duración de un recorrido en Trolebús desde Labrador hasta el Recreo es de 50 minutos, el mismo viaje en Metro demora 21 minutos.
Otro dato: el transporte público tiene un promedio menor a 13 km/h durante las horas pico en las principales arterias, mientras que el Metro tiene una velocidad comercial promedio de 38 km/h. Es decir, casi tres veces más.
Vanesa Calupiña, de 23 años, ahorra tiempo y dinero. Antes tomaba dos o tres buses diarios para ir y regresar de su trabajo y gastaba USD 2,10 diarios. Hoy solo va desde la estación Cardenal de La Torre hasta Iñaquito en 50 minutos, antes hacía hora y media. Su gasto semanal se redujo a la mitad al pasar de USD 10,50 a USD 4,50.
Más gasto, pero queda un sentimiento de compensación
La tarifa era la primera consideración que se hacía para usar un medio de transporte, pero el Metro ha desmitificado esto porque la gente ha priorizado tiempo y su fiabilidad, asegura Cristóbal Buendía, del Observatorio de Movilidad.
El pasajero valora más la certeza de tomar el tren a una hora y saber a qué hora llegará, aunque la tarifa es hasta un 40% más cara que la convencional.
Según una encuesta de satisfacción de febrero de 2024 a 439 personas elegidas al azar en las 15 estaciones de forma proporcional al promedio de afluencia de cada una, más del 50% ahora viaja por subterráneo, que en Trole o Ecovía.
Geovanny Llumiquinga, de 36 años, cuenta que ciertos días sale desde el Camal Metropolitano hasta Quitumbe en bus y tarda 30 minutos. Ahí toma el Metro hasta la Mariana de Jesús y demora otros 20 minutos. Este recorrido lo hacía en dos horas, por lo que cree que pagar USD 0,45 más está bien compensado (pasó de USD 0,35 a USD 0,80).
Buendía enfatiza que este incremento en el gasto se da pese a que la ordenanza municipal 17-2020, de noviembre del 2020, establece que la tarifa integrada debe costar USD 0,60 y no USD 0,80, como ahora ocurre. Esto, añade, se da porque aún no hay un sistema de reorganización de rutas y la implementación del Sistema Integrado de Transporte.
Falta la tarifa integrada
Un 36% de las personas encuestadas por la empresa Metro de Quito complementa su recorrido con el servicio de rutas alimentadoras en superficie. Es decir, su gasto es de USD 1,60 diarios y antes era de USD 0,70.
Esto ocurre, por ejemplo, en la estación Iñaquito. Los pasajeros caminan un promedio de tres cuadras para conectarse con paradas del Trolebús, por la 10 de Agosto o de la Ecovía, por la 6 de Diciembre.
Quienes viven en el Valle de Los Chillos toman un bus hasta una nueva parada intercantonal que se construyó en el Parque El Arbolito. Tras caminar unos pasos entran a la estación de El Ejido del Metro.
Melany Palacios, de 26 años, dice que este bus demora 45 minutos hasta El Ejido y el recorrido en Metro hasta Iñaquito hace siete minutos. Aunque no ahorra mucho tiempo, lo considera más conveniente y seguro, compensando el mayor gasto en pasajes.
Luis Moncayo, de 33 años, sale del puente 8 de La Armenia en este mismo bus los días de pico y placa y completa su recorrido en Metro. Antes usaba tres buses hasta Iñaquito y demoraba hora y media. Ahora lo hace en 50 minutos.
La integración tarifaria es un proceso en el que trabaja la Secretaría de Movilidad y deberá implementarse a mediano plazo (junio). Esto permitirá bajar el gasto en movilización al usar un límite de pago por varios sistemas de transporte.
10 000 autos menos en calle al día
Un número creciente de usuarios dejan sus autos en casa. Al menos 15% de pasajeros solía ir en vehículo a sus trabajos, lugares de estudio u hogares. Esto, según la Empresa Metro de Quito, implica una disminución de 10 000 autos en las principales calles y avenidas cada día.
A diario, en promedio, circula un promedio de 500 000 vehículos en Quito, tomando en cuenta las restricciones y el ingreso de vehículos de otros cantones y provincias, según la Secretaría de Movilidad.
Edison Cárdenas, de 54 años, es uno de los que deja su auto. Desde su casa camina a diario 15 minutos para llegar a la estación de El Labrador y en cuatro minutos llega a Iñaquito, por donde trabaja. Antes hacía de 45 a 50 minutos y su gastó cayó significativamente: de USD 50 a 60 semanales a menos de USD 5 entre semana.
José Luis Jeria, de 40 años, añade al ahorro de combustible, el rubro de llantas y de parqueaderos y remarca en el ahorro del tiempo. Se embarcó en la estación de El Labrador a las 07:49 y a las 08:10 ya está en la Empresa Pública de la Escuela Politécnica Nacional, donde labora. “Perdía aproximadamente una hora en tráfico, de ahí buscar parqueadero, gasto de combustible, llantas, etc”.
Para que más personas dejen sus autos, la empresa Metro de Quito reconoce que las estaciones que requieren trabajos complementarios de parqueadero podrían ser Quitumbe, Labrador e Iñaquito en primera instancia.
En el Centro Histórico se aprecia mejor la disminución del uso del vehículo particular. Cristóbal Buendía, del Observatorio, señala que en la mañana, entre la Alameda y la 24 de Mayo, hay un 15% menos de tráfico.
La tasa de ocupación de los parqueaderos del centro ha disminuido un 7%, pues hay una mayor preferencia por usar el Metro hasta la estación San Francisco y caminar.
¿Y las conexiones con el Metro..?
Pese a que el Metro resulta conveniente para un promedio de 132 000 pasajeros diarios todavía hay una porción de la población que no se siente beneficiada.
Geovanny Llumiquinga explica que, si bien el Metro sirve para que se desplace desde Quitumbe hasta la Mariana de Jesús, la mayor parte de días debe ir a trabajar en Atucucho y para esto debe cruzar la avenida Mariscal Sucre (Occidental), donde no hay Metro.
Los vecinos de los barrios de la parroquia de Nayón, Cumbayá, Tumbaco que necesitan desplazarse al distrito metropolitano también deben tomar dos y tres buses para llegar a una estación cercana al Metro, por lo que en estos casos no hay un real beneficio.
Sectores de gran densidad poblacional como Calderón aún deben tener una conexión más efectiva con el Metro. Por esto se trabaja en una ampliación inicial de la primera línea del Metro hasta el sector de La Ofelia.
La integración física en las estaciones multimodales permitirá facilitar la conexión entre diferentes subsistemas. La Secretaría de Movilidad está trabajando en la modificación de líneas de transporte para mejorar la cobertura de las zonas rurales y alejadas. Pero no se conocen fechas de cuándo estará lista esta reorganización de rutas.
A la par, el secretario de Movilidad, Álex Pérez, explicó que se busca tener un solo sistema de recaudo de manera progresiva. La idea es que el mismo medio de pago que ahora funciona con el Metro también sea para el transporte convencional o municipal. Para esto se adquirirá la plataforma tecnológica que integre a los subsistemas de transporte y cada operador deberá adquirir los equipos de cobro.