Viajar con las puertas abiertas y llevar exceso de pasajeros también están en la lista. Foto: EL COMERCIO.
La mujer se encontraba con su hijo en brazos cuando escuchó la voz del controlador del bus que hizo la advertencia: “Una sola parada en la Villa Flora. Si alguien se queda bájese aquí”.
La unidad número 1699 (casi vacía) estaba a 200 metros de la parada, por lo que la mujer protestó. “Aquí no es la parada señor. No puede parar donde le da la gana”. Pero el controlador insistió: “Se baja aquí o se va de largo. Adelante no paro”. A la mujer no le quedó más opción que agarrar bien a su hijo y bajarse lejos de su destino.
La escena que ocurrió el jueves a las 09:40 en la av. Maldonado es más común de lo que parece. De todas las infracciones por las que son sancionados los buses de transporte público, la más frecuente es detenerse en lugares no permitidos para dejar o recoger pasajeros.
De enero a junio de este año, de la Agencia Metropolitana de Tránsito registró 5 431 infracciones cometidas por unidades de transporte público; de estas, 3 062 son por irrespetar las paradas: un promedio de 17 cada día. Esta clase de infracción es más recurrente, pero no se registran todas.
El segundo lugar se lo lleva el circular con las puertas abiertas, seguido por exceder el número de pasajeros, maltratar al usuario y negarse a prestar el servicio.
Ese tipo de infracciones puede convertirse en el detonante de un accidente mayor. Jesús Gómez, técnico en ingeniería de tránsito, explica que estas tienen un impacto en la movilidad e inciden la congestión. Un bus, al no detenerse en la parada establecida causa tráfico ya que frena un carril y disminuye la capacidad de la vía.
Circular con puertas abiertas acarrea un riesgo para los usuarios. Un frenazo, un giro brusco o algún descuido, puede terminar en tragedia. Hasta junio se registraron 91 caídas de pasajeros; de estas 82 personas quedaron heridas. No hubo víctimas mortales.
Circular con exceso de pasajeros no solo afecta al usuario, debido a la incomodidad y a la inseguridad que provoca, sino que incide en el mecanismo de frenado del vehículo, explica Gómez. Por ejemplo, si una unidad vacía que viaja a 50km/h debe detenerse, lo haría en 20 metros, pero con exceso de pasajeros necesitará más de 30 metros. A más peso, más distancia, explica Gómez.
Darío Tapia, secretario de Movilidad, asegura que hay varias medidas que buscan mejorar el índice de calidad. La sanción que ejerce la AMT tiene dos incidencias. La primera recae sobre el chofer y puede ir desde tres puntos menos en la licencia y multa de USD 35,4, hasta nueve puntos menos .
La segunda tiene que ver con el certificado de calidad que las unidades deben pasar para cobrar la compensación de USD 1 000 que entrega el Municipio.
Según Tapia, debido a ciertas faltas relacionadas con la revisión técnica vehicular y a infracciones como las mencionadas, un 25% de los buses no cobra la compensación.
Para realizar el control de las unidades, la AMT cuenta con 90 uniformados del departamento de fiscalización. Francisco Arauz, director de la división, cuenta que, además, de las inspecciones diarias que se hacen para verificar el cumplimiento de las normas, si alguien desea denunciar una infracción, puede hacerlo llamando al 1800 268268 o mediante Twitter a @amtquito.
Jorge Yánez, presidente de TrasnLatinos, a la que pertenecen 116 unidades, explica que en efecto uno de los graves problemas en Quito es el irrespeto a las paradas , pero se debe, dice, a que el 75% las paradas no están bien señalizadas .
Admite, sin embargo, que ese tipo de control motiva a sus compañeros a mejorar el servicio. En su cooperativa, las capacitaciones son diarias por lo que las infracciones han bajado a menos de la mitad: hoy llegan máximo 10 a la semana.