Un abanico de respuestas pone sobre el tapete las personas que a últimas horas del año apuran a matricular sus autos.
En Guajaló, sur de Quito, una de las centrales más concurridas de este sector, ayer hubo una cola de alrededor de 40 cuadras: se extendía desde una calle sin nombre, donde se halla el Centro de Matriculación Guajaló, iba por la av. Maldonado hasta empatar con la calle Alonso de Villarroel, a la altura de Confiteca, y de allí hacia la av. Simón Bolívar, en el oriente.
Somnolientos, impacientes, la mayoría resignados, los usuarios de este servicio aguardaban el turno, bajo un fuerte sol mañanero.
Byron Roldán, empleado público, asumió el descuido con humor. “Así somos los ecuatorianos, siempre dejamos todo para el último, mejor no perdemos la costumbre”, dijo, y sonrió. Tres mecánicos de Autoservicio del sur, una de las seis mecánicas de la calle sin nombre, igual rieron.
Luis Gualo, un joven mecánico, controlaba la emisión de gases del Kia 2005 de Roldán. “Acelere y suelte”, le decía.
Roldán confesó que la placa termina en 9 y en noviembre debían revisarlo. “La matrícula cuesta USD 25 y la multa, 12; si no pago hasta mañana (hoy, sábado, último día) en enero cancelaré USD 75 de multa, ya es mucho”.
Javier Vélez, un taxista del sur, no había pasado la segunda revisión del año, porque las llantas traseras estaban lisas. “No es justo -dijo- que a los carros de servicio público (taxis y buses) nos sometan a una segunda revisión. La primera: de enero a julio; y la segunda, desde julio hasta diciembre.
Vélez sostuvo que dos entidades les revisan: la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop y Corpaire. A la primera, según Vélez, pagan USD 120 y a la otra, 50.
“Lo mejor sería una revisión anual, ya que pagamos mucho; las autoridades insisten en las dos al año porque rodamos todos los días y los autos se desgastan”. La cola seguía lenta y Vélez decidió leer Últimas Noticias, Edición de Inocentes .
En Autoservicio del sur también estaba Darwin Burgos, cabo primero del Ejército. Fue uno de los centenares de conductores que durmió en el auto para matricular, lo más pronto, ayer.
Hizo cola desde las 22:30 del miércoles y recién a las 10:30 de ayer logró su objetivo. “Estoy cansado pero feliz, es muy incómodo, me abrigué con una buena cobija”. Dijo que a la medianoche del miércoles ya pasaban de 100 los carros en la cola. Hacía chequear su Daewood 2001.
Mario Lema, propietario de la mecánica, afirmó que alrededor de 1 000 autos se matricularon el pasado martes. Ayer, calculó un número similar. La mecánica opera allí desde hace 20 años. Él sugirió que el Municipio debiera construir un puente, al fondo de la calle sin nombre, para que haya circulación, “pues el caos vehicular ha sido tremendo”.
A la mecánica ingresaban 11 autos por día (en uno normal, 6).
Los negocios abundaban. El lojano Ángel Eduardo Rivera y Luis Lamar, oriundo de El Chaco, ganaban USD 5 por auto si lo llevaban a una mecánica.
En el Centro de Revisión, ocho mecánicos seguían sin pausa.
La Pulida se repletó Ayer llegó despacio, sin prisa, y estacionó su camioneta Toyota del 90 al final de la fila, en la calle Martín Ochoa, a 15 cuadras del Centro de Revisión Vehicular y Matriculación de La Pulida. A las 12:50, delante de Gustavo López, de 40 años, había más de 500 autos. Todos con la intención de realizar el trámite el último viernes de este año. Todos tenían una excusa: Juan Ruales salió de viaje en febrero, María Tomalá estaba enferma, Álex Ruiz tenía el auto en la mecánica. López fue sincero: “me olvidé”, dijo, resignado, y levantó los hombros. Contó que en noviembre se presentó, pero ‘la fiel’, como llama a su camioneta, no pasó la revisión. “Debía mejorar la emisión de gases. “Tenía que presentarme hasta el 15 de diciembre. Pero no vine, ahora tendré que pagar USD 75 de multa”, dijo entristecido hasta que vio algo por el retrovisor que le arrancó una sonrisa. “Vea, no soy el más irresponsable, atrás ya se parqueó otro” y soltó la carcajada.
La fila empezaba en la calle Martín Ochoa, subía por la Antonio Reyes, cruzaba la Melchor de Valdez hasta la Florencia Malo.
Cada auto tardó unos 20 minutos en pasar la revisión. Unos leían el periódico, otros hablaban por teléfono, algunos llevaron una tele para entretenerse. Quienes fueron despachados temprano fue porque pasaron la noche allí. Las que madrugaron a las 05:00 tardaron siete horas en ser atendidos.
Ojo a los servicios
Según la página web del Municipio de Quito, hasta el 18 de diciembre pasaron la revisión técnica vehicular un 94,5%. Se estima que hasta hoy lo harán 410 000 vehículos.
Hasta hoy, sábado 29, la gente tiene la opción de matricular sus autos. La hora: 16:00. De lo contrario deberán pagar multa.
Los seis centros de Revisión Vehicular a los que puede acudir son: Calderón, Guajaló, Guamaní, Los Chillos, San Isidro, La Florida, en el norte de Quito.
Hoy es el último día de atención. Será desde las 08:00 hasta las 16:00.
El costo de la revisión vehicular es de USD 20. Para quienes no lo hicieron en el mes que le correspondía deben cancelar la multa de USD 50.
En estos sitios también se puede realizar la matriculación vehicular. Si no lo logró hasta hoy, la sanción es de USD 25.
Alrededor de los controles, grupos de vendedores de comida vendían de todo: mote con chicharrón, papas fritas, etc. Otros ofrecían puestos a USD 10.