El Centro de Convenciones, un bulevar y la nueva estación El Labrador se ubican en la avenida Amazonas. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
La llegada de 50 000 personas, de la noche a la mañana, cambió la dinámica de El Labrador. La apertura de la nueva estación multimodal, en el norte de Quito, alteró la cotidianidad de la zona y tuvo un impacto en la movilidad y en el comercio.
Hasta el 31 de mayo, por esa vía solamente circulaban quienes transitaban desde la Galo Plaza hasta la Amazonas y viceversa. Ahora por la Isaac Albéniz hay 1 580 viajes en unidades de transporte municipal.
Hoy, desde las 05:00 y hasta las 22:00, por la calle Isaac Albéniz salen e ingresan 77 articulados que cubren la ruta del Trole hacia el sur de la ciudad y 78 alimentadores que conectan a esa estación con los barrios del norte de la capital.
Darwin Morales es uno de los conductores que diariamente circulan por la avenida Amazonas. Para él, el principal cambio que notó con la llegada de la estación es la congestión que se forma por el ingreso de los buses convencionales.
“Antes, circular entre la salida del intercambiador de El Labrador y el exaeropuerto me tomaba cuatro minutos. Ahora, en horas pico, se puede tardar hasta 10”, aseguró.
Aunque todavía no se evidencia un crecimiento en cuanto al número de locales comerciales, se puede ver más clientes en los pocos negocios que existen. La nueva dinámica atrajo a los vendedores ambulantes, y hay quienes han visto en el aumento de visitantes una oportunidad.
Gloria Borja puso un restaurante hace dos meses. La expectativa de la llegada de gente a ese sector la llevó a arrendar un local en la calle Oyacachi. Sin embargo, el incremento en el flujo de personas, aunque le representó más ventas, ahora le obliga a mudarse de local.
“Cuando llegué, la dueña me fijó el arriendo en USD 400. Ahora me pidió el local porque quiere USD 1 000”, dijo.
El sector en donde hoy se asienta la estación multimodal El Labrador y donde también funcionará la primera parada del Metro (norte-sur), experimentó un cambio radical en los últimos cinco años. Hasta febrero del 2013, en el perímetro entre la calle Tufiño, intercambiador El Labrador, Galo Plaza y Amazonas estaba el exaeropuerto Mariscal Sucre.
Una vez que la terminal aérea trasladó sus operaciones a Tababela, el Municipio aprobó la Ordenanza 352 en la cual se establece un Plan Especial con las normas para el desarrollo urbanístico en la zona de influencia del ahora Parque Metropolitano Bicentenario.
Jacobo Herdoíza, secretario de Territorio, Hábitat y Vivienda, señaló que el objetivo fue fijar restricciones y determinaciones para el desarrollo.
Uno de sus objetivos era la reconversión de los tipos de uso de suelo que se dedicaban a actividades comerciales como el de las concesionarias y también de industrias.
Pero en la av. Amazonas, entre el ingreso del intercambiador El Labrador y La Prensa, hay locales sin uso, pocos negocios de renta de vehículos, oficinas y una concesionaria.
En octubre del 2017 se habilitó el Bulevar Amazonas y se construye el nuevo Centro de Convenciones Metropolitano.
Para Herdoíza, el problema es que la Ordenanza 352 tiene obstáculos para la inversión en proyectos inmobiliarios, por el tamaño de los lotes. Se requieren terrenos entre 2 500 y 5 000 m2. “La realidad del sector es que hay lotes entre los 200 y 600 m2 lo que obliga a ponerse de acuerdo con bastantes propietarios”. En la Comisión de Uso de Suelo del Concejo Metropolitano se espera la discusión de un proyecto para reformar este tipo de obstáculos.