Entrevista a Roberto Custode, consultor en movilidad: ‘Quito requiere mayor tecnología en movilidad’

Roberto Custode es ingeniero experto en temas de movilidad. Fue diseñador y responsable del Sistema de Revisión Técnica Vehicular de Quito. Foto: Archivo EL COMERCIO

Roberto Custode es ingeniero experto en temas de movilidad. Fue diseñador y responsable en jefe del Sistema de Revisión Técnica Vehicular del Distrito, en la Agencia Metropolitana de Tránsito. 

¿En movilidad, qué es lo más urgente que requiere la ciudad este momento? 

Hay algunos temas urgentes, pero sin duda el que concentra mayor interés, y que debe ser declarado como absoluta prioridad es el Metro. 

¿Por qué priorizarlo? 

El proyecto tiene varios retrasos, es seguido por organismos multilaterales y eso también pone en riesgo las posibilidades de financiamiento. Eventualmente en algún momento podría implicarle multas a la ciudad. Ya hubo dos postergaciones. 

¿Y qué se debería hacer sobre los sistemas de transporte actuales? 

La ciudad debe replantearse nuevamente un proyecto integral de movilidad urbana. Hubo algunos avances innegables en esta administración como la ordenanza sobre el Sistema Integrado de Transporte y el concurso para la concesión de rutas y frecuencia. Pero el problema sigue en la desconexión de los sistemas de transporte (Metro, Trolebús y Ecovía).

¿El problema también puede ser institucional? 

Hay una gran cantidad de entidades municipales integradas al transporte, y cada una trabaja de forma independiente. Son cinco: Secretaría de Movilidad, AMT, Metro de Quito, Empresa de Pasajeros y la Epmmop. Cada una está a cargo de una pequeña porción de la movilidad en Quito sin una capacidad ejecutora directa. Eso es lo más crítico porque ha generado la mayor cantidad de los problemas que ahora tenemos. 

¿La gestión del tránsito y movilidad debe concentrase en una sola entidad? 

Podría ser una alternativa que sea la Secretaría de Movilidad la que tenga pequeños brazos ejecutores. La otra es copiar el modelo de Guayaquil, o Cuenca, donde hay una sola empresa pública encargada de todos los procesos. Hay que estudiar bien el modelo pero cualquiera será mejor que el desarreglo que ahora tenemos. Hay una dispersión de obligaciones. 

¿Qué le hace falta al transporte público que opera en el Distrito? 

Tecnología básicamente. Ese grave déficit no permite que se ensamblen los sistemas de transporte para aplicar el monitoreo, esquemas de evaluación y una serie de opciones que permitirían la optimización del mismo. En los buses se sigue cobrando en monedas, y desde los mismos conductores. En pleno siglo XXI eso es inadmisible.  

En ese afán está el cumplimiento de parámetros de calidad. ¿Ese proceso debe continuar? 

Sin duda debe seguir; puede haber matices o diferentes enfoques pero es una política pública que debe continuar. Probablemente lo que hay que hacer es buscar la forma de ejecutar los procesos con una mejora institucional. Es una línea de bastante consenso. 

¿Con transporte público ya no se debe motivar a la movilidad alternativa? 

No soy amigo del término alternativo porque para muchos es su medio diario de transporte. Prefiero hablar de movilidad integrada. En ciudades avanzadas, como las europeas, la gente no se preocupa en qué se mueve sino en facilitarle su modo de movilidad. Si alguien se traslada en auto particular, debe tener las condiciones necesarias. Y si por otro lado se utilizan vehículos eléctricos o bicicletas, hay que integrarlos a los sistemas de transporte masivo. 

¿Las motos requieren una atención especial? 

Si necesitan una atención particular pero el problema de las motocicletas no se ha resuelto en ninguna parte. Lo que hay que incrementar son las capacidades de control. Sin duda, Quito debe caminar hacia modelos de mayor tecnología en el control. 

¿Sistemas como el Trolebús se deben extender? 

Conviene hacer estudios para analizar todos los sistemas de transporte masivo. 

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