En los últimos cuatro años, Quito registra un promedio de 425,5 siniestros de tránsito por conducción en estado etílico. De la siniestralidad global del distrito, este problema recurrente representa un 13%.
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El impacto del alcohol en los siniestros de tránsito en Quito
El consumo de alcohol es un problema recurrente, que sigue reflejándose en la siniestralidad de Quito. Al comparar el número de siniestros de enero a octubre del 2024 con el mismo periodo de los tres años anteriores (2021-2023) se ve que es la cifra más alta: 403.
De acuerdo con los registros de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), en los primeros 10 meses del 2021 se registraron 391 incidentes de este tipo. En 2022 y 2023 bajaron a 331 y 306, respectivamente. Pero este 2024 nuevamente repuntó. El aumento con respecto al año anterior es del 24%.
Ahora bien, la conducción en estado de embriaguez preocupa aún más en las festividades decembrinas. Pero no necesariamente la tendencia es la misma todos los años. En 2021, las cifras muestran que octubre y diciembre tuvieron más siniestros de todo ese año y se extendió a enero del 2022. Pero, luego la siniestralidad por esta causa cayó significativamente hasta diciembre.
En 2023, junio, noviembre y diciembre fueron los que meses que más siniestros tuvieron, sobre todo el último mes del año: 63 siniestros frente a los 30 de los 2022. Para finalizar este año se espera que campañas, como Márcale 0 al alcohol y los operativos de control den resultados.
Más operativos, mayor siniestralidad por embriaguez
De manera global, los operativos de control por consumo de alcohol aumentaron de enero a octubre del 2024 de una manera significativa en comparación a los efectuados en los tres años anteriores juntos. En total se hicieron 1 402 operativos frente a 894. Es decir, 36% más.
Si se compara por meses, el aumento de los controles ha sido considerable, pero no repercute en una disminución de la siniestralidad. La data muestra que mientras más operativos se hacían mayor era el número de siniestros. Esto se evidencia, sobre todo, de enero a junio de este año.
Para entender mejor: en el primer trimestre de 2024 se hicieron 830 de los 1 402 operativos, es decir, el 59%. En estos meses se presentaron 125 siniestros, cifra mayor a los de los tres años anteriores, en los cuales apenas se efectuaron 184 operativos. En otras palabras, 4,5 veces menos controles.
El segundo trimestre, la tendencia es similar: más controles, mayor siniestralidad. En este periodo se hicieron 434 operativos, aún el doble de los tres años anteriores y los siniestros sumaron 127.
Finalmente, el tercer trimestre, la AMT redujo aún más los operativos y el número de siniestros cayó de 127 a 114, aunque más que años pasados.
Las cinco vías en las que más controles se hicieron fueron: las avenidas Simón Bolívar, Mariscal Sucre, Shyris, Panamericana Norte y Cóndor Ñan.
Las consecuencias de conducir en estado etílico
En los cuatro años que se analizaron, 1125 personas afrontaron lesiones leves y graves. El pico más alto de lesionados fue el 2023. Este año todavía falta por cerrar con las cifras de noviembre y diciembre.
En promedio, 281 personas al año sufrieron las consecuencias de este tipo de siniestros, que muchas veces está asociado con el exceso de velocidad.
Estos incidentes, además, provocaron el fallecimiento de 52 personas. Una media de 13 al año, es decir, una familia por mes está de luto por un conductor que conduce en estado de embriaguez.
Las cifras, según Alberto Hidalgo, experto en movilidad activa, reflejan un estancamiento en la reducción de fallecidos y lesionados, lo que indica que es necesario un enfoque más integral y contundente.
Roberto Cabezas, jugador de Independiente Juniors, de 22 años, y Marco Angulo, futbolista de Liga de Quito futbolista de Liga de Quito, estuvieron involucrados en un accidente de tránsito, en el que se constató exceso de velocidad y la presencia de botellas de cerveza en el auto siniestrado.
Cabezas murió la madrugada del pasado 7 de octubre, en la autopista general Rumiñahui. Ángulo pasó un mes hospitalizado, por trauma craneoencefálico severo. Falleció el 11 de noviembre de 2024.
Estos futbolistas son parte del grupo más vulnerable. Según la Fundación Cavat, los jóvenes entre 20 y 29 años representan el 43% de las víctimas fatales. Los hombres son la mayoría de involucrados (81%) y los siniestros ocurren, principalmente, en las noches de los sábados. Además, los motociclistas son especialmente vulnerables, constituyendo el 35% de los fallecidos.
Además de lesiones y muertes que son prevenibles, la AMT explica que las detenciones por ingesta de alcohol también causan impacto en su entorno familiar y laboral. Muchos pierden su trabajo.
Desde 2021 hasta octubre del 2024 se detuvieron a 1 677 personas por conducir en estado etílico. De acuerdo con el nivel de alcoholemia entran al Centro de Detención de Infractores de Transito, desde cinco hasta 30 días, según lo establece el art. 385 del COIP (Código Orgánico Integral Penal).
Desafíos que aún persisten frente al consumo de alcohol
El personal de la AMT realizar operativos preventivos con alcohotectores desechables. Esto consiste en que el ciudadano sopla en una boquilla y el dispositivo electrónica marcará el grado de alcohol ingerido. Si la prueba es positiva llama a un familiar o designa a un acompañante (‘conductor elegido’) para que maneje el auto. Pero pese a estos operativos con fines educativos, los problemas aún persisten.
Hay dos desafíos que ha identificado la AMT: escasa conciencia por parte de conductores jóvenes, entre 18 y 35 años, sobre la importancia de la seguridad vial y la siniestralidad por conducir bajo el efecto del alcohol y exceder la velocidad.
Por otra parte, está la falta de responsabilidad social en los centros de diversión, bares, restaurantes y empresas que venden licores. Para esto, la entidad cree necesario que se ofrezca transporte alternativo gratuito o subsidiado. En colaboración con bares, discotecas y eventos, ofrecer transporte seguro, como buses nocturnos o descuentos en plataformas de autos privados.
Para Hidalgo, las campañas, talleres y acciones en espacios públicos si contribuyen a sensibilizar a la población, pero su efectividad en términos de reducción de siniestros aún deja retos. Las cifras siguen siendo alarmantes, como reflejan las proyecciones y el no cumplimiento de los objetivos del Plan Maestro de Movilidad Sostenible del DMQ y el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030. Estos plantean la reducción, en un 50% muertes y lesiones graves, para 2030.
¿Qué falta por hacer?
Hidalgo destaca destaca la falta de un reglamento actualizado para la Ley Orgánica de Transporte Terrestre. Esto, añade, afecta la implementación de controles efectivos sobre el consumo de alcohol y los límites de velocidad. Recomienda actualizar este reglamento, implementar tecnología de control vial y fortalecer la educación vial, especialmente entre jóvenes y motociclistas.
Por parte de las autoridades locales aún hay que establecer controles de alcoholemia en puntos estratégicos y en horarios clave los fines de semana, feriados y en eventos masivos. Aun creen que la presencia constante de estos controles puede ser un fuerte disuasivo.
También proponen incorporar dispositivos como cámaras con reconocimiento de matrículas vinculadas a datos de conductores sancionados previamente por alcoholemia.
La Fundación Cavat promueve la creación de una unidad de atención integral para víctimas, que brinde apoyo legal, social y emocional a las personas afectadas. La Coalición por la Movilidad Segura Ecuador, conformada por 60 organizaciones, en cambio, lograron que se establezca un Día Oficial en Memoria de las Víctimas de Siniestros Viales. Además, de la creación de un espacio para un monumento conmemorativo, como una forma de visibilizar el impacto de los siniestros y generar conciencia.