Colegiales y vecinos, víctimas de arranches en los alrededores del Parque Inglés de Quito

En el Parque Inglés, las personas refieren que existe riesgo de ser robado a ciertas horas del día. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Solo sintió un tirón en el cabello y un golpe en el oído. En dos segundos, alguien arranchó su teléfono celular Samsung S5 que todavía no terminaba de pagar. Florencia Villacrés vive en San Carlos desde hace 15 y años y asegura que nunca fue víctima de un asalto, hasta el lunes de la semana pasada.
La mujer de 38 años cuenta que aproximadamente a las 19:00 de ese día salió a ver, en la parada de bus, a su hija de 14 años que llegaba del colegio. En el camino sonó el celular y contestó. Era su hermano y mantuvo una conversación de no más de cinco minutos hasta que llegó a la calle Fernández Salvador, extremo sur del Parque Inglés.
Dos personas en una moto pasaron junto a ella y en un par de segundos le arrancharon el teléfono. No es un caso aislado. Los moradores de la zona dicen que los robos han aumentado en los alrededores del parque. Las víctimas son, usualmente estudiantes.
A las 13:30 de ayer lunes 4 de mayo del 2015, en el espacio verde había al menos dos docenas de estudiantes con sus uniformes. Unos se sentaban en el césped, otros caminaban cargando sus mochilas, otros esperaban el bus. María, alumna del Colegio Luciano Andrade Marín, mejor conocido como Clam, cuenta que, aunque no ha sido víctima de un robo en el sector, conoce a varias personas que sí. La muchacha relata que en la zona roban los teléfonos, las calculadoras e incluso las mochilas.
Juan, en cambio, ha sido víctima de los arranches en dos ocasiones. Una en diciembre del año pasado, y otra este 2015. La primera vez le robaron el celular y la segunda un parlante.
Desde las 12:30 hasta las 14:00 es común ver a los estudiantes de octavo a décimo de bachillerato. Pero los más vulnerables son los que estudian en la tarde y pasan por allí pasadas las 18:30.
Al extremo oriental del parque, a unos metros de la calle Machala, se encuentra la Unidad de Policía Comunitaria de la zona. Uno de los uniformados comentó que se realizan patrullajes las 24 horas del día, en moto, a pie o en la patrulla. Ellos están encargados de cubrir el cuadrante entre la Vaca de Castro, Mariscal Sucre, De la Prensa y Del Maestro.
Reconoce que hay arranches en la vía, especialmente por personas que viajan en motocicletas. Las víctimas son en su mayoría estudiantes. Eso se debe, según el agente, a que los jóvenes suelen caminar mientras hablan por celular, mensajean o escuchan música.
En el interior del parque, los asaltos son poco frecuentes. El uniformado asegura que desde las 04:00, y durante las horas de mayor afluencia, despliegan un operativo de control para poner a buen recaudo a los deportistas que desde esa hora salen a ejercitarse.
Marlene Chipantasi, de 40 años, vive a 50 metros del parque y es una de las mujeres que sale a caminar antes de las 05:00. Cuenta que a esa hora, hay al menos unas 80 personas ejercitándose, pero que ella trata de no ir por las zonas oscuras para evitar sorpresas. Lo hace más bien cerca a las plataformas donde siempre hay control policial. A las 06:00 las máquinas inclusivas para personas de la tercera edad, las canchas y las zonas verdes están llenas, por lo que el control se incrementa.
Hay cuatro puntos donde se realiza bailoterapia o yoga. En la Machala, en la Anda Aguirre, en la pileta pequeña y junto a los tanques de la Epmaps.
Entre los consejos que dan los uniformados para evitar ser asaltado están que los estudiantes o deportistas traten de no caminar solos. Deben hacerlo, de preferencia, entre tres o más personas, y no llevar artefactos de valor como cadenas, Mp3, pulseras, anillos, relojes o celulares, cuando vaya a entrenar o cuando caminen por los alrededores.
Si nota la presencia de alguna persona sospechosa, acérquese a la UPC y alerte a los agentes, o llame directamente al 911.