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La Cantera no logró aglutinar el trabajo sexual del Centro

La Cantera es la zona de tolerancia permitida en el Centro Histórico. Allí trabajan unas 150 mujeres. Tres de los cinco locales no están funcionando. Foto: Paúl Rivas/EL COMERCIO.

La Cantera es la zona de tolerancia permitida en el Centro Histórico. Allí trabajan unas 150 mujeres. Tres de los cinco locales no están funcionando. Foto: Paúl Rivas/EL COMERCIO.

La Cantera es la zona de tolerancia permitida en el Centro Histórico. Allí trabajan unas 150 mujeres. Tres de los cinco locales no están funcionando. Foto: Paúl Rivas/EL COMERCIO.

Casi nueve años han pasado desde que La Cantera, en el barrio San Roque, fue concebida como la zona de tolerancia, para reubicar a las trabajadoras sexuales del Centro Histórico.

Sin embargo, la actividad se sigue ejerciendo en las calles de la zona patrimonial. Cuatro de locales usados para la actividad fueron clausurados este mes. Unas 170 mujeres ejercen el oficio en el espacio público.

En el predio, creado en el 2006, hay cinco establecimientos: dos funcionan, dos están por reabrir y uno, en espera. Para esta área, el compromiso por parte de las autoridades, asegura Jhofre Echeverría, administrador de la Zona Centro, es implementar una Unidad de Policía Comunitaria (UPC).

El expenal García Moreno cerró y con esto, asegura Lourdes Torres, presidenta de la Asociación Prodefensa de la Mujer (unas 3 000 trabajadoras de centros de tolerancia de Quito), hay menos seguridad.

Aún así, a diferencia de lo que se creería, ese lugar apartado y, a la vez, cercano al corazón la urbe, en la calle Rocafuerte, no es un espacio sombrío ni en malas condiciones sanitarias. En el Danubio Azul, por ejemplo, el primer lugar en abrir para la reubicación de las trabajadoras del Centro, hay 12 habitaciones, cada una con una cama, un baño y una ducha.

La limpieza se inicia temprano, antes de que la jornada (de 10:00 a 18:00) arranque. Seis personas se encargan de mantener el orden. El valor de la ficha es USD 12 (11, para la trabajadora sexual).

En el ingreso, las mujeres tienen la imagen de su protectora: La Patrona de La Cantera. La figura es una simbiosis de los rasgos de las chicas del Danubio. El cabello de una, los ojos de otra... La pintura estuvo a cargo de colectivos sociales, cuenta la Dirigente.
La guardiana no ahuyenta todos los males de las compañeras de Torres. Al menos el 50% de los centros de tolerancia del Distrito se cerró, comenta. No están en contra de la regulación. Pero, aclara que esta debe ir a la par de los diálogos. Si se cierra un centro, “qué pasa con las chicas. Van a la calle”.

En La Cantera hay capacidad para unas 300 mujeres (en los cinco locales) y está ocupado por cerca de 150 (en dos).
Mientras, en las calles, solo en la Plaza del Teatro y las calles aledañas hay cerca de 136 personas, las principales usuarias de los hoteles cerrados. Alexandra Flores, presidenta de la 'Asociación de Trabajadoras Sexuales por un Futuro Mejor', menciona que hubo un acuerdo entre ellas y el Municipio, para no ocupar las plazas, sino calles como la Esmeraldas.

Sin embargo, como hay varias organizaciones en la zona, dijo, este acuerdo se rompió por parte de algunas mujeres. La consecuencia: “Nos quedamos sin sitios para trabajar”.

Los cuatro establecimientos no serán los últimos en dejar de funcionar. Los operativos y las clausuras seguirán. A decir de Echeverría, administrador de la Zona Centro, más allá de que sean usados para ejercer el trabajo sexual, hay locales que no cumplen con las normas. Superan la docena.

En el grupo de los clausurados, dos eran casas, en las que se alquilaban cuartos. Solo tres hoteles permanecerán abiertos para la actividad, a corto plazo.

La premisa planteada desde el Cabildo va atada a la creación de una nueva zona de tolerancia en el Centro. Ya hay el sitio y en cuatro meses podría estar operativo, informa Echeverría. No obstante, prefiere no revelar la ubicación hasta que los procesos se concreten. A la par, están en marcha otras acciones, como actividades con trabajadoras de la tercera edad.

Para el secretario de Seguridad, Juan Zapata, debe quedar claro que no se actúa en contra de las trabajadoras, sino que se está regulando la actividad y los establecimientos que no cumplen las normas. Según el estudio ‘Trabajo sexual en el Centro Histórico (Instituto de la Ciudad), en el 2013, en las plazas y calles del Centro laboraban 200 mujeres y en La Cantera, 89 (censadas).

Pero, dice Flores, “¿mientras tanto qué?”. En la opción de La Cantera, en cambio, para ella hay riesgos que no están dispuestas a correr.