La revisión técnica vehicular del 2012 se inicia con cambios. El proyecto que reformó la Ordenanza 213 fue impulsado por la concejala Macarena Valarezo, miembro de la Comisión de Salud, y aprobado por el Concejo Metropolitano, en noviembre. Uno de ellos es la prohibición que tendrán los vehículos de servicio público de circular con pasajeros, en caso de que sean rechazados en la segunda o tercera revisión técnica.
En este caso, en las unidades se colocará un adhesivo con la leyenda: “Prohibido circular con pasajeros”. Este adhesivo será retirado una vez que se apruebe la revisión. Además, según la Ordenanza, los vehículos de servicio particular o público que sean rechazados en la cuarta revisión tendrán prohibido circular en el Distrito, con o sin pasajeros.
En este caso, el conductor requerirá una guía de circulación para trasladar el carro hasta un taller mecánico. Podrá optar por una quinta revisión, pero con un informe técnico.
El objetivo de la reforma es precautelar la seguridad de los usuarios al reducir el riesgo de accidentes de tránsito a causa de desperfectos mecánicos. Cristóbal Buendía, del Observatorio de Movilidad, aseguró que el principio que motiva la reforma es acertado. Pero José Santamaría, presidente de la Cámara de Transporte de Quito, no estuvo de acuerdo con la falta de socialización de la nueva normativa. Explicó que en los cambios no se aplica la misma norma a los vehículos de transporte comercial, como taxis y camionetas de alquiler, que también transportan pasajeros.
Para Buendía, la reforma no solo debía incluir a todas las modalidades de transporte público sino también al particular. “La norma es escasa porque deja por fuera a más de 200 000 personas que se movilizan en carros particulares y que también son parte de la seguridad vial”.
Acotó que entre las principales causas de accidentes está el factor humano (exceso de velocidad, impericia e imprudencia). Por eso, cree necesario mejorar los estándares para calificar la idoneidad de todos los conductores.
Otra de las propuestas es mejorar las condiciones laborales de los choferes del transporte público. “En el actual modelo a destajo, cada bus es un negocio particular lo que contribuye a descuidar el mantenimiento”. Aseguró que la exigencia de una póliza de seguros contra todo riesgo también elevará los estándares de calidad y seguridad en el transporte.
José Cevallos, conductor de la unidad 1494 de la Cooperativa Bellavista, aseguró que no conocía de los cambios en la normativa. Él solo trabaja como chofer de la unidad de transporte público. Asegura que al aplicarse las restricciones los afectados no serían las empresas ni los dueños, sino los conductores. Acotó que la metodología de trabajo no les permite dejar de trabajar un día. “No gano un mensual sino que a diario recibo en promedio USD 20. Si no trabajo, no gano nada”.
Por no respetar la restricción o romper los sellos, las multas van de uno a tres salarios básicos. Además, el vehículo será llevado a los centros de retención. A Santamaría las sanciones le parecen excesivas y dijo que no se conoce la base técnica sobre la cual se aplicaron las reformas. Acotó que no se tomó en cuenta el tipo de fallas que pueden generar las sanciones. “No es lo mismo circular con la pintura deteriorada que con las llantas desgastadas”.
El concejal Patricio Ubidia dijo que las reformas no fueron discutidas por la Comisión de Movilidad, por lo que no se efectuó un proceso de socialización con los transportistas desde esa Comisión. Acotó que las observaciones deberán ser presentadas ante la Comisión de Salud para su revisión. Santamaría opinó que ha solicitado una reunión con las autoridades municipales para analizar las observaciones del gremio.
Este mes se inicia la revisión de manera opcional para los carros con placas terminadas en 1.