El principal eje vial que conecta al Centro Histórico con el norte de la capital recibió como nombre la fecha del Primer Grito de la Independencia. Actualmente, la avenida 10 de Agosto se extiende desde la calle Briceño, en San Blas, hasta el monumento al Labrador, donde cambia su nombre por la av. Galo Plaza Lasso.
La av. 10 de Agosto, con 7 kilómetros de longitud, es el escenario de una importante actividad comercial. De lunes a viernes, las aceras están llenas de personas y hay un intenso flujo vehicular.
En la gran avenida también coinciden los espacios verdes que son aprovechados para el descanso y la recreación. En el extremo sur, en el parque de La Alameda, Joel Chísag se entretenía ayer disparando dardos a un panel lleno de golosinas. Luego de cuatro tiros, el niño de 7 años ganó tres chocolates en el tradicional juego del tiro al blanco.
Desde hace 35 años, Renán Mogollón administra el pequeño negocio. Es la segunda generación que mantiene un juego que lleva, por lo menos, 100 años de tradición allí. En el parque El Ejido, los cocos, la pelota nacional y el vóley son una tradición.
Hacia el norte, pocas casas de estilos clásico y colonial se intercalan entre los altos y modernos edificios. Locales comerciales en las plantas bajas, oficinas de servicios y despachos de la administración pública ocupan la mayor parte de las edificaciones.
El edificio Benalcázar 1 000, que en 1970 fue el más alto de Quito con 22 pisos, está ocupado por oficinas de administración privada y de la Función Judicial. En los alrededores del edificio del Seguro Social, el comercio autónomo compite desde las aceras con los locales comerciales. Desde su puesto de revistas, en la esquina de la Bogotá y 10 de Agosto, Carmen Olmedo ha sido testigo de los cambios de la avenida, durante los últimos 67 años.
“En ese entonces, la calle era empedrada y se llamaba 18 de Septiembre. Solo llegaba hasta la av. Colón. No había tantas casas, ni carros como hay ahora”.
Ella recuerda que el transporte es una de las actividades con cambios más notables. El tranvía de Quito, inaugurado en 1914, operó durante 34 años. Había dos rutas. Una de ellas atravesaba la ciudad desde Chimbacalle hasta la actual av. Colón, pasando por la av. 10 de Agosto. “Para venir a trabajar cogía el tranvía. El pasaje costaba dos reales”. El tranvía fue reemplazado por los colectivos.
Olmedo empezó a pagar cuatro reales para viajar en un bus que cubría la ruta Colón-Camal. La Cooperativa Victoria aún presta el servicio de transporte en esa línea, con una moderna flota y una modificación en su ruta.
En la década de setenta, el Municipio inició la construcción de los primeros pasos a desnivel. Hoy, a la altura de las avs. Orellana, Eloy Alfaro, De la Prensa y Galo Plaza, los intercambiadores conectan y distribuyen el tránsito hacia otras avenidas secundarias.
En 1995, Olmedo también vio pasar los primeros trolebuses, que ocupan los dos carriles centrales de la avenida.
Aunque los intercambiadores mejoraron el flujo vehicular, Hugo Ríos, dueño de una tienda en el sector de El Labrador, asegura que esas obras se construyeron sin pensar en el peatón.