Autoridades municipales buscan reubicar a las trabajadoras sexuales del Centro Histórico de Quito. Foto: El Comercio
“No es que vamos a crear un bulín nuevo o un chongo (en la Loma Grande), es una casa de un proyecto social, que integrará otros elementos municipales”, eso aclaró el administrador de la Zona Centro, Joffre Echeverría, en relación a su propuesta de que las trabajadoras sexuales se ubiquen de forma temporal en el exhotel Guayaquil, en las calles Maldonado y Paredes, en la Loma Grande.
Este lunes 30 de noviembre, moradores de este barrio de Quito efectuaron un plantón en contra de la posibilidad de que las mujeres trabajen en un inmueble de esa zona.
“Les dijimos (a los moradores) que buscamos un espacio temporal, para que las señoras no ocupen el espacio público, la plaza, las calles. Pero obviamente buscamos la validación de la comunidad. Cualquier decisión se tomará con consensos, no se impondrá porque luego a los dos o tres meses, el proyecto se cae”.
El Administrador Centro también reiteró que entiende los temores de los moradores de la Loma Grande. Pero aseguró que para el alcalde Mauricio Rodas el tema de la reubicación del trabajo sexual es un tema tan emblemático como el de la construcción del Metro. Recordó que: “el Centro Histórico es un polo de desarrollo que queremos crear y no se puede lograr ese objetivo con problemas colaterales que hacen que la gente emigre, que inversiones no vengan porque no se sienten a gusto con la inseguridad, trabajo sexual, cachinerías, microtráfico, indigencia…”.
No solo la Administración Centro está involucrada en la reubicación de las trabajadoras sexuales fuera del Casco Colonial. Además las secretarías de Seguridad, Inclusión, Territorio.Además la Policía Nacional y el Ministerio del Interior.
“Fuimos a la Loma Grande porque las trabajadoras sexuales están en la puerta del barrio, del arco de Santo Domingo, en la Rocafuerte y Guayaquil. Mientras construimos un sitio para la reubicación definitiva, el inmueble del exhotel podría ser usado, con un proyecto social municipal”.
Según Echeverría, por el uso del suelo de esa zona, no se podrían ubicar más espacios de ese tipo en los alrededores. Y los moradores, en mesas de diálogo, podrán llegar a acuerdos cobre las condiciones en las cuales ellos permitirían el trabajo sexual en ese inmueble; horarios, forma de vestir de las mujeres, que no se venda licor…