Venezolanos que van al sur aún no pueden transitar por el país

En el lado colombiano, a pocos metros de Rumichaca, ciudadanos venezolanos improvisaron un campamento. Foto: Javier Montalvo Para El Comercio

El ingreso de ciudadanos de Venezuela se redujo. A diario ingresan entre 40 y 60 personas de esa nacionalidad; antes el promedio diario era de 2 000, informó ayer (12 de septiembre del 2019) María Paula Romo, ministra de Gobierno. Esto fue refrendado por el canciller José Valencia.
La Secretaria de Estado visitó ayer la provincia fronteriza para suscribir convenios de seguridad con los alcaldes de los seis municipios del Carchi.
Romo ratificó que la visa es el único requisito para que los ciudadanos procedentes de Venezuela puedan cruzar la frontera hacia Ecuador. Sin embargo, aclaró que no se permite el paso de personas en tránsito hacia terceros países si no portan el documento.
Señaló que no hay excepciones, porque aún no existe un mecanismo que permita garantizar la movilidad hacia otros países. En los viajes aéreos, los pasajeros pueden permanecer de paso en un aeropuerto para continuar su viaje. Pero con los desplazamientos por tierra el tema se complica.
Desde el 26 de agosto último, el Puente de Rumichaca luce despejado. Desaparecieron las largas filas que se iniciaron hace dos años, con la migración causada por la crisis económica y política de Venezuela.
En el centro del puente, Ecuador tiene un puesto de control migratorio y policial. Los funcionarios se encargan de hacer cumplir el Decreto Ejecutivo Nº 826, que solo permite el ingreso de venezolanos con la visa.
En el lado colombiano, entre tanto, continúan los grupos de viajeros que quedaron represados desde que Ecuador puso en marcha la restricción.
Según autoridades colombianas, el Municipio de Ipiales, en la frontera con Ecuador, enfrenta inconvenientes con el arribo de estos viajeros.
En Ipiales hay seis albergues temporales que acogen a los viajeros. El jueves último atendieron a 358 personas. Pero hay preocupación porque de continuar el flujo migratorio se congestionarán más los albergues debido a la restricción en el lado ecuatoriano.
Las carpas de las instituciones internacionales de asistencia ubicadas junto al Puente de Rumichaca, en el lado ecuatoriano, continúan instaladas.
La venezolana Coromoto Ramírez llevaba 10 días ‘varada’ en Ipiales. La mujer sexagenaria asegura que busca ir hasta Perú para reencontrarse con su esposo y sus dos hijos. “Lo único que pido es el paso de aquí para Perú”, asegura.
Otros extranjeros, como Luis B., oriundo del estado Miranda, intentan continuar su viaje a Ecuador a través de pasos fronterizos informales.
Sin embargo, Romo señaló que la fuerza pública realiza patrullajes durante el día y la noche. El objetivo es evitar la migración ilegal y también el tráfico de personas.
En tanto, en la Sierra Norte, que es el sitio de ingreso de la migración venezolana, se trata de fomentar una relación armónica entre los extranjeros y la población de acogida.
En Ibarra, por ejemplo, un colectivo de mujeres ecuatorianas, colombianas y venezolanas entregó el lunes pasado tres murales a la ciudad. El trabajo apoyado por Care Internacional, Acnur y la organización Telas de Araña refleja el aporte de la mujer a la sociedad y la hermandad que debe existir entre los pueblos.
Desde el 26 de agosto, los ciudadanos venezolanos que deseen ingresar al país deben solicitar una visa humanitaria en los consulados ecuatorianos de Lima, Caracas y Bogotá.
Según datos del registro migratorio, desde mayo del 2017 hasta julio del 2019 ingresaron a Ecuador 1 673 980 venezolanos, de los cuales 341 561 permanecen en el país. De ese grupo, más de 115 000 cuenta con algún tipo de visa.
En la frontera con Perú, en cambio, hasta el mediodía de ayer se registraron cuatro casos de ciudadanos venezolanos que no pudieron cruzar desde el sur del Ecuador hacia Colombia. Ellos no contaban con la visa humanitaria ecuatoriana.
Los extranjeros llegaron durante el transcurso de la mañana al Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) en el cantón fronterizo de Huaquillas, en El Oro. Fueron atendidos por el personal de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).
Los técnicos les informaron que no podían cruzar a territorio ecuatoriano sin el visado, que es un requisito indispensable para aquello.
Mayra, quien llegó junto con su esposo, fue una de las que intentaba ingresar. Los migrantes contaron que arribaron al centro de control en un vehículo propio desde Santiago de Chile, donde residen.
Ella criticó que tengan que tramitar una visa si únicamente intentan cruzar por Ecuador para llegar a Venezuela, donde necesitan asistir a su madre que está enferma.
“Nos enteramos en el transcurso del viaje que habilitaron una ruta humanitaria para quienes cuenten con la visa de un tercer país. Nosotros vamos a Colombia, que no pide visa, y yo tengo mis papeles de Chile”, reclamó la mujer.
Sin embargo, Liliana Lozano, jefa de la oficina de Acnur, le respondió que la flexibilización del Gobierno ecuatoriano era únicamente para quienes intenten ingresar desde la frontera norte, es decir, a través de Rumichaca.
Mayra tenía previsto acudir hasta el Consulado ecuatoriano en Tumbes (Perú) para tratar de resolver su estatus.
Mientras tanto, en el Cebaf permanecen alrededor de 150 personas ‘estancadas’, por no contar con un visado peruano o chileno. No pueden continuar el periplo hacia el sur del continente.
Yorelis García, oriunda de Caracas, se mostró preocupada porque no puede continuar el viaje a Iquique, Chile. Ella tiene el visado para ese país, pero no tiene el peruano.
“Perú y Chile deberían también facilitar el corredor para que quienes tenemos un visado podamos avanzar seguros. Yo tengo ya 17 días durmiendo en cartones en el Cebaf”, se lamentó Yorelis.