Funcionarios de la Presidencia de la República llegaron al despacho del fiscal del Estado, Washington Pesántez, la tarde del lunes pasado. Sus nombres son reservados, pero ellos estaban preocupados por las investigaciones que ese despacho realiza contra miembros del Régimen.
Ese encuentro, dicen personas allegadas al Fiscal, sería un primer intento para reparar las fisuras en la relación entre Pesántez y el mandatario, Rafael Correa.
Su amistad parecía inquebrantable hace tres semanas. Pero un cruce de palabras entre él, Correa y el ministro del Interior, José Serrano, por el uso del polígrafo para los policías, cambió esa percepción. Además, es notoria la incomodidad del Fiscal por cómo avanza el concurso para designar a su sucesor en ese cargo.
¿Son estas las únicas razones que han distanciado a Pesántez de Correa? Funcionarios de la Fiscalía dicen que a su titular no le desagradaba la idea de ser uno de los tres miembros de la comisión para reestructurar la Justicia, como lo plantea la pregunta 4 de la consulta popular. Pero su nombre no fue escogido por el lado del Presidente. El 12 de mayo, Correa anunció que su delegado será Paulo Rodríguez, actual director del Registro Civil. Tampoco se sabe de cabildeos en la Asamblea o en la Función de Transparencia que para que Pesántez pueda integrar esa comisión.
El Fiscal no niega que le haya gustado ser parte de la Judicatura; pero dice que lo pensaría si se lo proponen. Advierte que los 42 meses de gestión frente al Ministerio Público han dejado huella en su salud: a finales de marzo sufrió un preinfarto. Durante su recuperación, Correa lo visitó en la clínica; una de las últimas veces que se habrían visto en público.
Pesántez insiste en que no tiene conflictos con el Mandatario, pero sí diferencias con sus hombres cercanos. La más visible es con Serrano, por su reciente anuncio de someter los 6 433 agentes de la Policía Judicial al polígrafo.
La pugna estalló el 18 de mayo, seis días después del anuncio de que Rodríguez iría a la comisión en representación de Correa.
Pesántez cuestiona esa medida, dice que atenta a los derechos de los gendarmes. Esas críticas fueron contestadas por Serrano, quien manifestó“que las personas que quieran hacer una polémica vayan a hacerlas en su casa”.
Este no es el primer ‘round’ entre las autoridades. Los desencuentros empezaron cuando Serrano estaba al frente de la Cartera de Justicia. En un Gabinete realizado en julio, el Presidente pidió a Serrano y Pesántez que trabajaran juntos en un proyecto de reforma penal. Entonces, una comisión de ambas entidades elaboraron un proyecto, pero sorpresivamente Serrano envió a la Asamblea el documento descartando los criterios de la Fiscalía.
“Sea más serio ministro. Qué clase de ministros tiene señor Presidente”, increpó el Fiscal.
En septiembre y diciembre, las críticas se repitieron por la política de rehabilitación social y por los ataques contra jueces y fiscales, que fueron el detonante para la consulta popular.
Otro conflicto generó la elección de la nueva cabeza del Ministerio Público. Pesántez ha lanzado sus dardos al proceso público de selección, pero no ha cuestionado a ningún candidato.
“Estamos jugando con puntitos, la persona que entre a la Fiscalía debe ser una persona sin ninguna tacha”, sostuvo Pesántez.
Actualmente, el candidato más opcionado para reemplazarlo es Galo Chiriboga, actual embajador de Ecuador en España y, coincidencia o no, la persona que llevó a la política a Serrano.
Pero el presidente Correa defendió el concurso para el nuevo Fiscal. Anunció que “existen personas en la Fiscalía” que quieren afectar las posibilidades de Chiriboga, con la investigación por supuesto peculado en la entrega del campo petrolero Palo Azul.
Esa es una de las indagaciones que tiene en sus manos el fiscal Pesántez y existe el pedido del asambleísta amazónico Cléber Jiménez para que incluya en el juicio a Chiriboga y a Correa.
Pesántez no respondió. Esta ocasión lo hizo Alfredo Alvear, su mano derecha. En una carta manifestó: “La elección de Fiscal, señor Presidente, solamente nos preocupa por los procedimientos, no por las personas”.