Rosalía Arteaga: ‘La corrupción es la peor amenaza para la democracia’

Rosalía Arteaga, expresidenta de Ecuador. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Rosalía Arteaga, expresidenta de Ecuador. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Rosalía Arteaga, expresidenta de Ecuador. Foto: Archivo / EL COMERCIO

Entrevista a Rosalía Arteaga, expresidenta de Ecuador.

¿Cuál es el balance que hace de estos 40 años de la democracia en Ecuador?

Yo entiendo la democracia no solamente por ir a las urnas, sino por división de poderes y por el verdadero ejercicio de la ciudadanía.  Los ecuatorianos hemos ido muchas veces a las urnas; yo fui la primera vez en el año 78, cuando se escogían alcaldes, y luego en el 79 para elegir Presidente de la República. Lo hice con todo el entusiasmo de esa juventud que cree en el país. Pero, definitivamente, veo que la solución no son solo las elecciones.

¿Ha habido una renovación de la clase política?

Nunca. Muchos personajes siguen siendo los mismos.

¿Cómo dar paso a la renovación?

Yo diría que dejar de pensar menos en sí mismos o en sus propios partidos y pensar más en el país.

¿Las nuevas sensibilidades como ‘millennials’, feministas u otros grupos son tomados en cuenta?

Creo que sí. Durante la década anterior vimos a una cantidad de jóvenes en puestos de Gobierno. Pero lo importante es saber cómo se llega a esos cargos, si es que están capacitados y también el hecho de no dejarse permear por la corrupción.

¿Por qué hasta ahora una mujer no ha ganado una elección para la Presidencia de la República?

Bueno, yo gané para la Vicepresidencia de la República y tenía que asumir la Presidencia; de hecho lo hice por pocos días, y tenía que mantenerme hasta el 2000. Yo diría que, tal vez, en ese momento primó el machismo y todavía en nuestra sociedad existe un machismo bastante alto.

¿No se ha tomado en cuenta a las mujeres para la primera magistratura?

Ha habido mujeres candidatas. Lo que tenemos que hacer ahora es conquistar esa aceptación popular. También tiene que haber más democracia dentro de los propios partidos políticos.

¿Podríamos decir que la democracia es el mejor sistema?

Bueno, alguien decía que es el menos malo de todos los sistemas. Yo sigo considerando que es el mejor sistema.

¿Qué se debe hacer para mejorarlo?

Perfeccionar, robustecer las instituciones, educar a la gente, más civismo y demostrar con el ejemplo.

¿Cuáles son los retos pendientes en el país?

Muchos. El proceso de institucionalización democrática después de diez años del correísmo es un tema pendiente. Otro tiene que ver con corregir las asimetrías que tenemos entre pobres y ricos. Hay varias.

¿A qué debe llevar ese proceso de reinstitucionalización?

Soy parte de un conjunto de ciudadanos que fuimos escogidos por el doctor Julio César Trujillo (expresidente desaparecido del Consejo transitorio), la coordinación la lleva Pablo Dávila. Pero tiene que llevarnos, en primer lugar, a terminar con ese Consejo de Participación Ciudadana y luego habrá que buscar aquellas tareas que nos hemos propuesto, una de ellas, por ejemplo, es la de que en el Ecuador creemos que sería importante la vigencia de una Asamblea constituida por dos cámaras.

¿Cuál es la principal amenaza actual de la democracia?

La corrupción es la peor amenaza, porque ni siquiera nos damos cuenta de que es el cáncer que corroe las sociedades.

¿Qué hacer para concientizar a la gente?

Educar a la gente. Por eso yo sigo trabajando en las aulas, capacitando a los maestros porque son los que inciden directamente en los estudiantes.

Si tendría la oportunidad de cambiar algo de su pasado político, ¿qué sería?

No cambiaría. Yo soy de aquellas personas que no se arrepiente de lo que ha hecho porque lo ha hecho con honestidad.

¿Cómo ve el pedido de algunos que piden eliminar las pensiones vitalicias a exmandatarios?

Yo creo que eso es una minucia comparado con todo lo otro. El ojo tiene que ponerse en lo que tiene que ver con la recuperación de activos de la corrupción.

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