La oposición coincide en parar las enmiendas, pero ni eso la consolida

Guillermo Lasso

Guillermo Lasso

Guillermo Lasso viaja por todo el país. Foto: Julio Estrella / Archivo EL COMERCIO

El calendario electoral no rige en el país, pero el 2017 está a la vista. El debate de las enmiendas a la Constitución se instaló y de algún modo fue configurando el panorama político. Si Alianza País espera diciembre, cuando vence el plazo para el segundo debate de las enmiendas en la Asamblea, para definir su candidato, en los sectores de oposición el trabajo toma vías distintas: las calles, el fortalecimiento de la organización y la proyección de un candidato del “poscorreísmo”.

La “unidad” es una de las palabras más usadas, pero pese a la recurrencia discursiva de los sectores de oposición, en la práctica esta no se define. Estos se dividen en tres grupos claramente identificados, pero con diferentes discursos, recursos y capital político.

Por una parte está la izquierda, la que mantiene la tradición de tomarse las calles para la protesta. Son los indígenas, sindicatos y organizaciones sociales opuestos al Gobierno.

En un segundo grupo está Creo y Compromiso Ecuador, que tiene como líder a Guillermo Lasso, quien ha sido consistente en condenar las enmiendas, sobre todo la reelección indefinida. La consulta popular, el ir a donde vaya la Comisión de Enmiendas para criticar la propuesta oficialista y viajar por todo el país para organizar su movimiento, han sido parte de sus esfuerzos.

Finalmente está la denominada Unidad, que reúne, entre los principales, a los alcaldes de Quito y Guayaquil (Jaime Nebot y Mauricio Rodas) y al prefecto de Azuay, Paúl Carrasco. Son los que tienen el poder del voto, al menos en las elecciones del 23 de febrero del año pasado. Según Alfredo Serrano, director ejecutivo del Partido Social Cristiano, las reuniones han sido constantes. Sin embargo, ha predominado en su agenda pública la gestión en sus respectivas jurisdicciones.

La unidad de estos sectores suena como una utopía. Para el analista político Felipe Burbano de Lara, no se define de qué tipo de unión se está hablando, si es electoral o para participar en la dinámica social actual. Conforme a su forma de ver, la unión de la izquierda debe ser desde un frente político que sea capaz de participar en el debate público, con capacidad de movilización y con una perspectiva electoral. Pero, sobre todo, tener la capacidad de ir definiendo una agenda ‘poscorreísta’ desde una visión progresista. No obstante, apuntó, del otro frente, tal como se plantea el escenario la alternativa al ‘correísmo’ es volver a políticas neoliberales.

A pesar de ello, hay una coincidencia entre estos sectores, aunque menos visible en la Unidad. Todos son incompatibles con la reelección indefinida. Archivar las enmiendas fue la principal demanda de la movilización indígena.

“Desde hace un año estamos luchando desde Creo y Compromiso Ecuador en contra de las enmiendas. Ahora los indígenas han tomado esta lucha como parte de los objetivos nacionales para lograr una verdadera democracia”, dijo Lasso.

Aunque el PSC apunta a alianzas, Serrano dijo que irán al 2017 con candidato propio. No descarta que, según el panorama, puedan darse cambios. Pero ahora la consigna es esa. Si Nebot cambia su decisión de no competir por Carondelet, será la primera opción del partido para el 2017.

En contexto

Las movilizaciones en contra del gobierno de Rafael Correa dejaron en evidencia que hay tres grupos opositores claramente identificados. Aunque tienen distintas agendas, coinciden en que las enmiendas, y sobre todo la reelección indefinida, es el mayor problema político.

Un trabajo continuado

El movimiento Creando Oportunidades (Creo) ha trabajado en el fortalecimiento territorial. Guillermo Lasso, junto con César Monge, presidente de esta organización política, han viajado por todo el país para constituir las directivas en las 24 provincias y los 221 cantones del país. Y poco a poco va conformando las directivas barriales y parroquiales.

Pero Lasso no solamente se ha dedicado a la organización política sino a tomarse las calles. Ha dicho reiteradamente que a los ecuatorianos solo les queda las calles ante un gobierno autoritario como el vigente. Sostiene que tiene el deber de representar los más de dos millones de votos que obtuvo en las elecciones presidenciales del 2013.

Más movilizaciones

Las organizaciones sindicales y sociales mantienen las acciones de oposición a las políticas del Gobierno. Ayer, en rueda de prensa, anunciaron una campaña por la liberación de los detenidos en las manifestaciones. Esta saldrá desde Cotopaxi y recorrerá varios puntos del país y llegará a Quito. En esta iniciativa participan quienes fueron detenidos en Cotopaxi, en el 2014, por presunto sabotaje, terrorismo, entre otros.

Mesías Tatamuez, presidente de la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut), reconoció que la unidad de las izquierdas no se ha logrado “por personalismos y ambiciones de mandar en un partido”. La Conaie también ratificó la movilización convocada para el 16 de este mes.

Proyectar la gestión

Los resultados de los encuentros entre los alcaldes de Quito, Mauricio Rodas; y de Guayaquil, Jaime Nebot, así como el prefecto del Azuay, Paúl Carrasco se darán a conocer más adelante, indicó director ejecutivo del PSC, Alfredo Serrano. Estos empezaron en Cuenca, en febrero de este año.

“Ellos están trabajando día a día para sumar personas”. A estas reuniones, “cuando ha podido”, ha asistido el alcalde Rodas. Algunas de estas son telefónicas, informó. A decir del titular capitalino días atrás, en una entrevista para este Diario, al menos desde su postura, las reuniones se darán en la línea de la gestión. El partido de derecha, en cambio, está en un proceso de fortalecimiento y en elecciones de sus directivos.

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