Jaime Durán Barba explicó cómo fue su colaboración en el proceso de la conformación política de Mauricio Macri en Argentina. Foto: Pavel Calahorrano/ EL COMERCIO
A Jaime Durán Barba le corresponde ser el estratega político y comunicacional que impulsó a Mauricio Macri a la Presidencia. Comenzaron a trabajar juntos desde que descubrió que en el próximo Mandatario argentino el representante de una forma distinta de hacer política.
Pero la vida de Durán Barba en Buenos Aires no ha sido fácil. Los sectores de izquierda de Argentina han sido duros con él y lo acusan de una trivialización de la política. Pero en el estratega ecuatoriano el equipo del PRO, el partido político de Macri, han depositado en él una confianza inmensa. Y se dejó guiar en un proceso que duró una década hasta llegar a la Casa Rosada.
A continuación, los cinco momentos clave de Jaime Durán Barba en este triunfo del primer presidente argentino que no es radical ni peronista, algo que no ocurría desde los primeros años del siglo XX.
1. El momento en que decidió trabajar con Mauricio Macri.
Un argentino se le había acercado para contarle de un político con aspiraciones y que venía de dirigir al club de fútbol más popular de Argentina: Boca Juniors. Ahí comenzó el camino: primero pensar en la ciudad de Buenos Aires. Y así, el PRO, que era considerado un partido netamente porteño (Buenos Aires), a extenderse a todo el país y ganar al peronismo, algo que el mito dice que no es posible.
2. El momento en que creyó en que era posible ser una alternativa al peronismo-kirchnerismo.
Hay una visión general de la política en América Latina que debe ser superada. Las imágenes de los presidentes son las peores de la historia, como Enrique Peña Nieto, Ollanta Humala, Dilma Roussef, Michelle Bachelet. Los que se mantienen mejor son Correa y Cristina Fernández.
La forma antigua de comunicación política está zozobrando y a la mayoría sigue desconfiando de los políticos. A la sociedad posmoderna le apesta la política.
3. El momento en que el peronismo lo apuntó como el estratega de Macri y lo acusaban de ser el causante de una trivialización de la política.
El mito político argentino es que no se puede estar lejos del peronismo para ser Gobierno. Pero una vida académica en las ciudades de Mendoza y en Bariloche, en los tempranos años 70, le permitió conocer lo que es el peronismo. Pero eso pasó hace un siglo.
El peronismo no abandona las viejas prácticas, se quedó en el siglo XX y hay que pensar el siglo XXI y hay que conectarse con el elector de este siglo.
4. El momento en que inaugura un monumento a Perón para ganarse al peronismo.
La inauguración de un monumento a Juan Domingo Perón fue vista como una estrategia para captar el voto peronista. Pero fue más una coincidencia que eso ocurriera durante el periodo electoral porque hace más de dos años se había mandado a hacer el monumento.
5. El momento en que descubre que son Gobierno pero que hay un 48% que votó por el kirchnerismo.
Llegar a la Casa Rosada sin ser peronista es calificado como “un milagro” en Argentina. El primer presidente sin ser peronista ni radical. Lo importante, sostiene, es que se convirtió en un partido que no es caudillista y se consagraron nuevas figuras políticas.
Una de ellas es la más milagrosa de todas: María Eugenia Vidal, que derrotó en las urnas a Aníbal Fernández para la Gobernación de la provincia de Buenos Aires. Esta provincia, en donde no había perdido el peronismo, vio a una candidata distinta, cercana a la gente, con una imagen fresca, participativa y, sobre todo, nada relacionada con la agresividad política que suele darse allí.