El gobierno ecuatoriano defendió hoy el nombramiento de indígenas como embajadores por primera vez en la historia del país, ante críticas de que su intención es dividir a los aborígenes.
“No se trata de dividir al movimiento indígena sino de unir, incluir, expresar hacia el exterior esas interculturalidades, esa plurinacionalidad que es Ecuador”, dijo el canciller Ricardo Patiño al canal Teleamazonas.
Añadió que el gobierno busca acabar con el prejuicio de que “solo blancos y mestizos pueden representar” al país en el extranjero y que los nativos únicamente aparezcan “como parte del folclore”.
“Nunca antes un gobierno había considerado que ellos podrían ser embajadores, y sí lo pueden ser, lo pueden hacer muy bien y lo van a demostrar”, aseguró Patiño, rechazando que se ponga en duda la capacidad de los indígenas.
“Cuando hemos nombrado embajadores de carrera nunca me han preguntado si están preparados, esa pregunta la hacen cuando viene un indígena”, cuestionó el ministro.
El pasado 5 de agosto, el gobierno designó a Ricardo Ulcuango como embajador en Bolivia, convirtiéndose en el primer indígena ecuatoriano en asumir una legación diplomática.
Patiño confirmó que al menos otro aborigen será designado en una embajada próximamente, como anticipó el vicecanciller Kintto Lucas.
El nombramiento de Ulcuango fue criticado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) -principal organización aborigen del país-, que sostuvo que con ello el presidente Rafael Correa busca consolidar su plan para dividir a dicho movimiento.
Correa mantiene una pugna con la Conaie, un antiguo aliado que en marzo lo denunció penalmente por genocidio aduciendo que ha alentado la explotación petrolera en territorios ancestrales.
Ecuador -donde los nativos dicen representar la tercera parte de la población de 14,3 millones- ya tuvo una canciller indígena, la abogada Nina Pacari, durante el gobierno de Lucio Gutiérrez (2003-2005).