El Gobierno sufre una baja diplomática en la ONU, a un mes de que el presiente Rafael Correa viaje a Nueva York a participar en la Asamblea General de ese organismo.
El embajador Francisco Carrión, representante del Ecuador ante las Naciones Unidas, envió el lunes su renuncia a la Cancillería y al Palacio de Carondelet.
En su misiva, el diplomático de carrera argumentó“motivos personales” para dejar el cargo, a cuatro semanas de que el Presidente presente el proyecto Yasuní-ITT ante las Naciones Unidas.
Aunque Carrión ya no desea ejercer la representación del país ante la entidad multilateral, se comprometió a seguir en sus funciones hasta que termine la presencia de Correa en Nueva York.
La Cancillería ecuatoriana recibió con tranquilidad la carta de dimisión de Carrión. Rafael Quinteros, vicecanciller (e), señaló que la renuncia del Embajador es “normal” y no perjudica el próximo viaje del Jefe de Estado.
“En una renuncia normal (…) habla de razones personales. Además, cuatro o cinco años es un tiempo bastante largo para una permanencia en una institución como las Naciones Unidas que, por más esfuerzos que hagamos por cambiarla, no cambia”, dijo el segundo de la diplomacia local.
Carrión fue designado por el presidente Correa como su embajador ante la ONU en octubre del 2009. Por entonces, el Gobierno explicó que la designación de Carrión obedecía al deseo de fortalecer la presencia del país ante este organismo.
Según Quinteros y Carrión, los preparativos para la participación de Correa y del canciller Ricardo Patiño ante las Naciones Unidas avanzan sin contratiempo. Entre las actividades que cumplirán está una presentación oficial del proyecto Yasuní-ITT, que busca dejar el petróleo bajo suelo en esa área protegida.
De hecho, Carrión está inteligenciado sobre ese proyecto, ya que antes de viajar a Nueva York era el delegado presidencial para promocionarlo en el exterior.
Pero, en un comunicado de ayer, la Cancillería dejó entrever que la promoción del proyecto ante la ONU es una de las últimas oportunidades para concretarse.
“En ese sentido, el Primer Mandatario reiteró que si la comunidad internacional no se corresponsabiliza, en diciembre se evaluará y se adoptará una decisión definitiva”, subrayó ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores.
De acuerdo con el propio Correa, tiene bajo la manga un ‘Plan B’, para explotar ese crudo con el menor impacto ambiental.
El segundo objetivo del viaje de Correa a Nueva York será presentar su proyecto de “reinvención de las Naciones Unidas”, que contempla una propuesta de “democratizar” su toma de decisiones.
Entre los planteamientos que llevará el Ecuador al foro ecuménico está una reorganización de su Consejo de Seguridad, en la que cinco países tienen poder de veto para tomar decisiones. Se trata de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China.
Esa propuesta fue trabajada por el canciller Patiño y sus más cercanos colaboradores: el viceministro Kintto Lucas, el asesor José María Guijarro (de nacionalidad española) y el también asesor Eduardo Mangas.
En este escenario, se prevé que el ex canciller Francisco Carrión siga al frente de la Misión en las Naciones Unidas hasta octubre, fecha tentativa de su retorno.