El mecanismo de destitución del presidente Guillermo Lasso se activó en la Asamblea Nacional. Este sábado 25 de junio, la Asamblea tratará el pedido. Pero hay 72 horas claves después de la sesión para obtener o no los 92 votos necesarios.
Cuatro escenarios, según analistas, pueden abrirse. El primero es que no se logren los votos, pero es posible que el recurso de destitución sea un mecanismo de presión para que Lasso recurra a la disolución de la Asamblea.
El segundo tiene que ver con el aumento en las tensiones que el Gobierno mantiene con el Legislativo. El tercero es la imposibilidad del inicio del proceso de destitución como una acción para terminar con las protestas.
Finalmente, el cuarto escenario tiene dos posibilidades. Una es que, al no conseguir los votos, el correísmo se debilite por asociarlo con la intención de sacar a Lasso. La otra es que, al lograrlo, se fortalezca y sea la opción más fuerte en las nuevas elecciones.
El viernes 24 de junio, en la cadena en la que Lasso anunció que tomará las medidas necesarias para controlar las protestas violentas. En su alocución, no hizo mayor referencia a la acción iniciada en la Asamblea. Es decir, hasta el momento no hay un pronunciamiento oficial sobre esa acción. Solamente se refirió a la Izquierda Democrática (ID), Partido Social Cristiano (PSC) como un compromiso democrático”.
‘Tendrán que encontrar mecanismos’
“Después de la sesión que se instale para tratar la posible destitución hay 72 horas que serán claves. Quienes impulsan la medida en la Asamblea pueden ocupar ese tiempo para conseguir los 92 votos.
El Presidente estará sujeto a los acuerdos que se podrían dar con las organizaciones sociales. Para eso la Asamblea tendrá que hacer su parte. Por ejemplo, en los 10 pedidos (de la Conaie) está lo de la moratoria y condonación de deudas. Eso fue abordado de cierta forma en la última derogatoria a la Ley de Apoyo Humanitario. El tercer punto, en relación con los precios justos para los productos agrícolas, también necesita del Legislativo, por ejemplo en lo que tiene que ver con la leche.
La relación Ejecutivo–Legislativo no puede ser tensa hasta el final del Gobierno. Hay que tener en cuenta que una ley no puede ser solo tratada por la Asamblea y viceversa. Tendrán que encontrar los mecanismos para superar esas desavenencias políticas y continuar.
En el caso de una muerte cruzada desde el Ejecutivo, el Presidente tendría al menos seis meses para gobernar sin la Asamblea. Esto porque se debe convocar a elecciones en siete días y de ahí la primera vuelta sería en 90 días. La segunda vuelta tomaría otros tres meses. En ese tiempo, Lasso puede emitir decretos-ley. Si embargo solo son posibles aquellos en materia económica urgente y con la aprobación de la CC”.
‘Leonidas Iza va a radicalizar su posición’
“El procedimiento de muerte cruzada no es una cuestión inmediata. Ahora Unes ha iniciado el proceso.
Pero no tendría los 92 votos.
El momento en que se convoque esa sesión, el Primer Mandatario puede adelantarse y cerrar la Asamblea.
Es posible que ellos hayan visto eso.
Pero lo que les interesa es ir a elecciones anticipadas porque creen que van a ganar.
La cadena del Presidente cambia las cosas. Presentó una imagen mucho más firme.
Se va por el lado de dar por concluida la posibilidad de diálogo, pero no por él sino de parte de las organizaciones indígenas y creo que además la declaración de Patricio Carrillo, ministro del Interior, dejaron claras las cosas de que podrán hacer uso progresivo de la fuerza.
Esta es una forma con la que el Gobierno busca solucionar el paro. No podemos decir aún que le ha resultado.
Pero en este momento, frente a la pérdida de conducción que tuvo Iza de las marchas, entonces hay voces que ponen el control de otra manera: el Presidente y Ministro del Interior.
Si es que esto tiene efecto, ya no habría diálogo e Iza quedaría colgado. Pero es muy poco probable que ocurra porque con esto, el Presidente de la Conaie va a radicalizar su posición.
No va a irse sin un trofeo. Sin embargo, debilita mucho al paro”.
‘Buscan que active la muerte cruzada’
“Unes y una facción de Pachakutik son quienes están activando el mecanismo para la destitución. A mi modo de ver, lo que buscan es presionar para que sea el presidente Guillermo Lasso el que decida la muerte cruzada. Esto porque esa vía es más sencilla de ejecutar que desde la Asamblea. El Legislativo la activa con 46 firmas. Sin embargo, la clave es que el Pleno decida que hay una grave conmoción social.
Hay que tomar en cuenta que se está aplicando la destitución presidencial por vía legislativa. Después de la entrega de las firmas, el presidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, tiene 24 horas para convocar a la sesión.
Pero hay un vacío: la Ley dice que en ese período se convocará; no establece que la reunión del Pleno debe ocurrir en 24 horas. Después de convocada, Guillermo Lasso debe comparecer y si no acude cerrada esa sesión, el Legislativo debe pronunciarse en 72 (horas). Es decir, el proceso por esa vía culminaría en al menos siete días.
En el caso de que no existan los 92 votos, quienes estuvieron a favor de la destitución podrían ser señalados como golpistas, por ejemplo. Por eso, de lo que se trate es de ejercer presión hacia el Ejecutivo. En el caso de que el presidente de la Asamblea decida llamar a esa sesión, el Gobierno debería pronunciarse. En este momento podría ser contraproducente porque podría aumentar la tensión social”.
‘El Presidente puede fortalecerse’
“Las organizaciones políticas que son orgánicas y siguen una línea de decisión conjunta se pueden consolidar con una mejor imagen.
La ciudadanía tiende a desconfiar de la mayoría de independientes porque se convierten en votos que le dan funcionalidad a la Asamblea, pero carecen de una línea clara. Es muy difícil que existan los votos para la muerte cruzada porque no todos los asambleístas tienen la seguridad de que puedan reelegirse.
Actualmente, Unes cree tener la aceptación ciudadana y si se adelantan las elecciones contarán con los votos.
Ahora, si logran la muerte cruzada, podrían verse ante la ciudadanía como quienes salvarán al país de esta conmoción.
Si no lo consiguen, quedarían como una organización política que todo el tiempo estuvo detrás del paro, intentando sacar al Presidente. Es decir, si lo consiguen saldrían fortalecidos en el caso de que logren capitalizar el voto ciudadano. Sin embargo, de no hacerlo, el Presidente podría salir fortalecido. Esto, si toma decisiones con cambios hacia la inversión social para así ganarse al colectivo ciudadano, que salió a las calles durante el paro.
El Gobierno ahora tiene la tarea de convencer a los manifestantes de parar las protestas. Así se evita la conmoción interna y con eso no habría causal. Otra tarea es llegar a un consenso de gobernabilidad con asambleístas”.