El ex presidente Osvaldo Hurtado presenta esta noche, en la Universidad de las Américas, su nuevo libro: ‘Dictaduras del Siglo XXI’. Es un ensayo crítico al correísmo.
¿Este es un libro político, escrito por un opositor, para cuestionar, en pleno período electoral, al candidato más opcionado a la Presidencia?
Yo he sido un académico político. Yo no escribo porque esté cerca una campaña electoral. Escribo porque esta es mi vocación desde hace 47 años y siempre lo he hecho sobre los problemas económicos y sociales del país. ¿Por qué no escribir hoy, cuando la democracia sufre un trance tan difícil, pues ha sido menoscabada? Este es un libro académico, donde sí puede aflorar el político.
Pero no va a negar que este libro, políticamente, es muy oportuno en esta campaña.
Claro que sí. Pero eso es mérito del editor (Paradiso editores). El editor me dijo que entregara el libro a finales de octubre, máximo a inicios de noviembre. Él verá los tiempos con una perspectiva diferente a la del académico.
Usted dice que este es un texto objetivo. Si es así, ¿por qué deja de lado temas como la obra social, la infraestructura vial y los cambios en educación, que constituyen los puntos más sobresalientes de este Gobierno?
Este no es un libro sobre Correa, a pesar de ser él el principal actor. Es un libro sobre la vida, pasión y muerte de la democracia ecuatoriana. No habla de la obra pública, de la política internacional o de la ideología del presidente.
Mucha gente se preguntará por qué el ex presidente Hurtado habla de un desmantelamiento de la democracia, cuando el país tiene vías, educación y salud gratuitas.
Si a un grupo de ecuatorianos solo le interesa la obra pública mas no las libertades y la democracia, es su decisión. Tienen toda la libertad para hacerlo. Yo no he marginado, entre comillas, lo bueno de Correa. Solo que esto no era el propósito del libro.
En el 2004, usted decía que el 80% de la vida de un país es la economía y que mientras esta marche, lo demás casi no cuenta. ¿Por qué ahora su interés por alertar sobre el debilitamiento democrático cuando la economía ecuatoriana tiene recursos?
En estos 30 años no hemos tenido un presidente que haya dicho y ejecutado lo siguiente: ‘… el Presidente (…) no es solo el jefe del poder Ejecutivo, es jefe de todo el Estado ecuatoriano, y esto es el poder Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral, Transparencia y Control Social, superintendencias, Procuraduría, Contraloría (…)’. Él no solo que controla estos poderes, sino que somete a la Constitución. Esto no había ocurrido desde 1925.
En 1988 usted escribió‘La Dictadura Civil’ para cuestionar el gobierno de León Febres Cordero. Ahora también habla de dictadura. ¿No hay diferencias?
Febres Cordero controló la Justicia después de ser Presidente, porque cuando él gobernó, con abuso de poder y persecución, había una Contraloría, un Tribunal Constitucional, había oposición. Febres Cordero era un angelito en comparación a Correa. Es cuestión de hacer un listado de los abusos de poder del uno y del otro y compararlos.
En el actual gobierno no han desaparecido personas.
Porque Correa no ha tenido guerrilla. ¿Qué pasaría hoy si hubiera un grupo armado contra Correa? Y es bueno que no exista.
¿No le parece que su afirmación es muy subjetiva?
¿No está detenido y enjuiciado por terrorismo el grupo de jóvenes (Sol Rojo) que se reunió para hablar de marxismo la víspera de la marcha indígena de marzo?
En su libro usted asegura que el voto popular no es suficiente para subsanar arbitrariedades y legitimar autoritarismos. ¿Le está restando importancia al voto popular para legitimar a un líder?
La democracia se sustenta en la ley y a la ley tienen que someterse el voto popular, los ciudadanos y las autoridades. El voto es uno de los ocho elementos de un sistema democrático. Yo digo que Correa es presidente porque su primera elección la ganó legítimamente, no tanto las demás como las consultas populares y su reelección, porque él usa con privilegio y ventaja todos los estamentos del Estado para ganar. ¿Donde están la división de poderes, la independencia de la Justicia, la rendición de cuentas, el pluralismo?
¿Y al pueblo ecuatoriano le interesa la supuesta carencia de estos elementos?
Este libro es para hacer caer en cuenta que la libertad y la democracia cuentan. Podemos tener buenos caminos, educación y salud, pero no nos pueden privar el derecho a opinar, a protestar, a votar en libertad o a ser juzgados por tribunales donde el Presidente no les déórdenes o les envíe la sentencia ya hecha. Yo de Presidente hubiera considerado una ofensa a la democracia presentarme en un juzgado para intimidar.
Estas reflexiones las hace un ex Presidente que tiene, al menos, la batalla mediática perdida. El sábado será cuestionado por Correa, él insistirá en responsabilizarlo como uno de los causantes del ‘desastre nacional’. ¿Para qué, entonces, dar esta pelea?
Un académico escribe y yo lo he hecho toda la vida. ¿Por qué no hacerlo esta vez? Mi obligación moral es defender la democracia.
¿A costa de que su imagen se siga deteriorando? Para Correa, usted es el sucretizador de la deuda, el padrino de Mahuad, el constituyente que incluyó una transitoria para facilitar el salvataje…
Esta transitoria la aprobó toda la izquierda. La comisión que verificó ese texto la presidió Julio César Trujillo, hombre honorabilísimo. Si el Gobierno es capaz de decir cualquier cosa, ¿yo me quedo callado para no correr riesgos?
¿La historia no ha mirado con objetividad las cosas que Ud. ha hecho como político?
Fui elegido vicepresidente. Gané la consulta contra Febres Cordero y la curul de asambleísta de Pichincha con 400 000 votos y en la elección del 2002 tuve 40 000 a escala nacional. Así somos los políticos. Pero este libro no es para ganar elecciones sino para defender algo que sí le preocupa a un grupo grande de ecuatorianos.
Desde el 2002 su imagen no se ha recuperado…
No me interesa ser popular. Yo no escogí la política para serlo. Y si, como dijo Correa en la consulta del 2011, de que estaba tranquilo porque yo ya hacía la campaña por el ‘No’, ¿por qué terminé echándole a perder el festejo del ocho a uno? Si se contabilizaban los votos blancos y nulos, Correa perdía la consulta y ahora no estaría controlando la justicia. Yo no creo que uno tiene que callar para evitar que lo ataquen con propaganda fascista. Este Gobierno mata moralmente, porque a los opositores los ha imputado toda clase de vicios para silenciarlos.
¿Usted ha sentido eso?
La democracia no puede ser una sociedad de súbditos, que por miedo o sumisión calle. Al menos se debe reconocer que un hombre de 74 años da un servicio cívico que muchos jóvenes no lo hacen. A lo mejor Correa me arma una cadena o un juicio…
¿Por daño moral?
Por lo que sea, cuando hay una dictadura la razón es lo de menos.
En la democracia de hace 13 años hubo la peor crisis financiera. ¿Por qué no comparar esa etapa tan compleja con la estabilidad de hoy?
Es natural que luego de 20 años de crisis el país se haya cansado de los gobiernos y de los políticos. Pero los gobiernos de entonces no tuvieron el petróleo a USD 100. El presupuesto de Correa en seis años debe ser mayor al del resto desde 1979. ¿Cómo no va a haber obra? Pero, ojo, el nuevo Ecuador no comenzó con Correa, sino con la dolarización y el petróleo alto.
¿La historia le ha sido justa?
Sí. Yo no me compré un departamento en Bélgica ni me enriquecí como Correa con un juicio a un banco. La gente sabe que yo fui un Presidente honrado así se asocie sucretización con corrupción, más bien por ignorancia.
HOJA DE VIDA
Osvaldo Hurtado Larrea
¿Quién es? Ex Presidente de la República y ex Presidente de la Constituyente de 1998. Fundó la Democracia Popular. En su faceta como académico ha escrito 13 libros.
Su punto de vista. Este libro busca prender las alertas sobre el deterioro del sistema democrático. Dice que esa es su obligación más allá de que el Gobierno lo ataque.