Richard Calderón (centro) será el ponente del proyecto de la Ley de Gestión de la Identidad. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
La propuesta de la comunidad trans del país para incluir el género en vez del sexo dentro de la cédula de ciudadanía genera diversas posturas al interior de Alianza País (AP). La Comisión de Gobiernos Autónomos, Descentralización, Competencias y Organización Territorial ya remitió a la presidencia de la Asamblea el informe para el segundo debate referente a la Ley Orgánica del Servicio Nacional de Gestión de la Identidad y Datos Civiles.
De acuerdo con el artículo 99 de dicha normativa, al cumplir la mayoría de edad y por una sola vez, la persona, con autodeterminación, podrá sustituir el campo del sexo por el de género. Este cambio no afectará los datos del registro personal único relativos al sexo que quedarán en la base de datos para así garantizar el matrimonio entre hombre y mujer, como se establece en la Constitución.
Sin embargo, esta postura de la Comisión difiere de la propuesta que inicialmente manejaron los colectivos que planteaba el género universal: es decir que en la cédula solo conste el género y no el sexo, desde el nacimiento.
“No podemos dar gusto a todos”, aclaró el legislador Richard Calderón (AP), quien como presidente de la Comisión de Gobiernos Autónomos es el ponente del proyecto. Alexandra Ocles (AP) es de las legisladoras que apoyan la propuesta trans del género universal. Reconoce que dentro del oficialismo existe un debate por la propuesta que confronta a los legisladores progresistas con aquellos más conservadores. “Es un tema de cambio cultural, de entender que hay que generar mecanismos que eviten la discriminación”.
Una de esas legisladoras conservadoras es la manabita Marllely Vásconez (AP). Ella apela a su condición de cristiana y alerta que por la objeción de conciencia defenderá los temas que están enmarcados dentro de la Biblia: “En la cédula de identidad debe ir solo el sexo pues un niño nace con uno: femenino o masculino”.
Representantes de la comunidad trans se han expresado sobre la propuesta de que la inclusión del género sea opcional y lo califican como “un triunfo a medias”.
Para Diane Rodríguez, del Colectivo Silueta X, la posibilidad de que a partir de los 18 años un ciudadano pueda cambiar el sexo por el género en su cédula es un primer paso. Advierte que la lucha no se quedaría ahí e insistirán con el cabildeo político para que en un futuro se materialice el género universal.
De hecho, el Ejecutivo ha tenido una predisposición en temáticas de diversidad sexual siempre que se respete el marco constitucional. Giovany Jaramillo, de Colectivo Bolivarianos Diversos, dice que son coherentes con la amplitud del Régimen para realizar ese cambio. Además minimizó la declaración del Observatorio Ecuatoriano de Derechos Humanos quien calificó la propuesta de la Asamblea como discriminatoria. “Ellos desconocen nuestra realidad”, aseguró Jaramillo.