Este miércoles 9 de abril, en la sección Opinión del diario The Boston Globe se publicó un artículo del presidente Rafael Correa, quien el lunes por la tarde emprendió una visita por EE.UU. para recorrer tres centros académicos de ese país.
Bajo el título ‘La verdadera libertad requiere de justicia’ (Real freedom requires justice), Correa, en el inicio de su nota, explica que América Latina está siguiendo los mismos paso que debió atravesar EE.UU., por varios siglos, para consolidar su sistema democrático basado en los principios de libertad y de justicia.
Según Correa, América Latina está venciendo sus más graves indicadores de pobreza, marginación y necesidades insatisfechas.
En parte estos logros -explica- se han alcanzando por la lucha que “los pueblos” han llevado adelante en contra de la opresión de las élites que también por siglos han impedido que los verdaderos ideales de justicia, libertad y democracia sean asumidos por 165 millones de pobres.
Sobre la base de esa lucha, el Presidente explica lo que, a su juicio, ha sido el crecimiento del Ecuador en sus siete años de mandato. Desde la óptica de Correa, Ecuador ha mejorado su crecimiento económico, los niveles de desempleo (no habla del índice de subempleo), así como la monumental obra pública que se ha emprendido a través de la inversión estatal.
Por estos argumentos, Correa explica en su artículo que “hay un milagro Ecuatoriano”. De esta manera, el Presidente señala que si bien EE.UU. es el país más poderoso del planeta y uno de los más exitosos de la historia de la humanidad, éste no tiene la única receta para ese éxito.
Por lo que cuestiona las permanentes críticas de los políticos estadounidenses a los “gobiernos de izquierda” de América Latina. “La única forma de conseguir una verdadera libertad es a través de una verdadera justicia”.
Finalmente, Correa rechaza las críticas a su gobierno en materia de libertad de expresión asegurando que ahora se aplica la ley para evitar “la impunidad”. “Yo sé que muchos americanos consideran a Abraham Lincoln como el mejor presidente de la historia, pero muchos de sus contemporáneos los llamaban tirano, déspota, fanático y loco por su noble pelea para abolir la esclavitud.
Lea aquí la columna del presidente Rafael Correa en inglés