La consulta es del todo inútil

Mucho se habla y mucho se hablará sobre la consulta. Unos dirán que es legítima y necesaria y otros pondrán todos los peros a su oportunidad, legalidad y conveniencia.

Sin embargo, nadie o muy pocos se han planteado la pregunta sobre si la consulta servirá para solucionar el problema por el cual se la quiere convocar: la ola de inseguridad que sufre el país.

Y mientras más se enfoque la discusión sobre la pertinencia legal o no de la consulta, mejor para sus auspiciantes porque solo así se va a diluir lo de fondo: la seguridad.

¿Va a mejorar la seguridad ciudadana con el cambio de jueces? ¿Con la eliminación de las corridas de toros y las peleas de gallos? ¿Con el cambio de un Consejo de la Judicatura más o menos independiente por uno nombrado por el Ejecutivo?

Hace muy poco los ecuatorianos estaban convencidos de que con el cambio de lo que antes se llamaba Congreso por algo que se llama Asamblea Nacional el país iba a tener una mejor función legislativa. Pero no, no fue así.

Y creían a pie juntillas que con Montecristi el país iba a ser un país distinto y mejor y no, no fue así. Muchas cosas pueden pasar si en la consulta triunfa el sí. Quizá la única cosa segura es que la inseguridad no va a disminuir.

Suplementos digitales