A cuatro días de la audiencia de apelación en el juicio a El Universo, en Quito y Guayaquil se realizaron ayer manifestaciones exigiendo respeto a la libertad de expresión.
En el Puerto Principal, el plantón en defensa de la libertad de expresión se realizó por cuarta semana consecutiva en la Plaza San Francisco, en el centro. Los asistentes, trabajadores de diario El Universo y gente común, siguen vistiendo de negro porque consideran que las libertades están amenazadas.
Sobre la plataforma de un carro se improvisaron discursos como el de Digna Castro, una afroecuatoriana llamada ‘La reina de la isla Trinitaria’, quien aseguró que la gente pobre de la zona donde ella vive también siente que debe defender la libertad de expresión del país.
Máximo Rivera, del grupo de los ‘cabreados’ de Quito, llegó también para apoyar al plantón organizado por el Comité de Empresa de Trabajadores de El Universo. Y anunció que los grupos organizados se están multiplicando en varias ciudades. La Plaza San Francisco estaba casi llena, mientras el tránsito vehicular pasaba lento por la avenida 9 de Octubre a un costado de la concentración. Ahí, entre el grupo de asistentes, estaba Roque Pontón, un canillita del cantón Milagro (Guayas). Vestía una camisa con el logo del PP, diario del Estado, y una gorra con el logo de El Universo. Pero dijo que sus prendas no eran señal de una contradicción, sino que vive de la venta de los diferentes diarios del país.
En la capital, el grupo denominado los ‘cabreados’ se dio cita una vez más ayer en la Tribuna de los Shyris. Cerca de las 17:45 empezaron a llegar los primeros ciudadanos a este platón en apoyo a la libertad de expresión y al rotativo El Universo.
Con banderas, pancartas, pitos y hasta adhesivos, los trabajadores de Quito del impreso El Universo, familiares y ciudadanía en general gritaron consignas como “libertad de expresión, sin periodistas en prisión”. Esta fue la quinta ocasión en que los ‘cabreados’ se reunieron para manifestarse en contra del presidente Rafael Correa y de su gobierno. La mayoría de vehículos que circuló por el sector pitó de forma insistente en señal de apoyo.