Ya sea por algún caso polémico o por alguna actuación poco afortunada, todos los presidentes del último período democrático han sido el blanco del fuego cruzado de los caricaturistas.
Desde que el desaparecido Jaime Roldós llegó al poder, ningún mandatario ha escapado a los trazos de Roque, Robin, Chamorro, Asdrúbal, Pancho Cajas, Bonil, Lim, Luján, Arcabuz, entre otros.
Y aunque a varios de ellos en principio les molestó e indignó algunos de los dibujos por su contenido y crítica, al final terminaban por dibujar alguna sonrisa.
Tampoco llegaron a exigir una disculpa por algún dibujo incómodo, como lo hizo esta semana el presidente-candidato Rafael Correa con diario El Universo y su caricaturista Xavir Bonilla ‘Bonil’.
Así lo recuerdan varios de los ex mandatarios que dialogaron con este Diario, quienes relataron cómo reaccionaban en las mañanas, cuando abrían un medio impreso y se topaban con caricaturas en que estaban reflejados.
Sixto Durán Ballén, por ejemplo, asegura que en la mayoría de casos prefería tomarlas con buen sentido del humor. Sin embargo, admite que en más de una ocasión hubo trazos que le molestaron, pero que no llegó a reclamar a algún diario o revista por sus publicaciones. “Eran parte de la libertad de prensa y, más bien, en ocasiones me ayudaban a rectificar en lo que me hubiera equivocado”, subraya.
De forma similar solía reaccionar el ex presidente Rodrigo Borja. Así lo recuerda Andrés Vallejo, su amigo y ex ministro de Gobierno en el gobierno de la Izquierda Democrática (ID), quien sostiene que en la mayoría de ocasiones tomaban con gracia las caricaturas. “Y cuando le molestaban pues simplemente le pasaba (el enojo)”.
Vallejo afirma que las caricaturas pueden ser editoriales “tenaces”, por la fuerza e impacto que tienen sus dibujos. Pero advierte que también tiene como objetivo hacer reír a los lectores. “Por eso lo mejor que puede hacer es reírse”.
El gobierno del desaparecido León Febres Cordero, recordado por el fuerte carácter de su líder, tampoco llegó a reclamar formalmente a un medio por alguna parodia gráfica de algún escándalo durante su administración.
Su ex vicepresidente, Blasco Peñaherrera, dice que no fue testigo de una reacción explosiva de Febres Cordero frente a una ácida caricatura. “Relativamente tenía su sentido del humor. Nunca oí una reacción o negativa”. En su caso personal, Peñaherrera admite que en alguna ocasión algún trazo le molestó, pero no llegó a sentirse ofendido como para pedir una réplica o disculpa pública. “En esa época no había tiempo para semejante tontería”, dice.
El ex mandatario Bucaram es uno de los personajes de la política criolla sobre el cual se ha protagonizado el humor gráfico de los medios impresos. En sus palabras, ha sido uno de los políticos “menos favorecidos” por los caricaturistas.
“Pese a ello las tomaba con gracia porque era la expresión de una idea. Quien no respeta ideas ajenas no puede tener ideas propias”, dice el líder del roldosismo.
No obstante, reconoce que se ponía furioso cuando en trazos se incluían a su familia y deformaban de forma exagerada su figura. “Aunque fui duro en la palabra porque tengo derecho a defenderme, jamás fui violento. Nunca se me ocurrió enjuiciar o pedir USD 40 millones a un periódico”.
¿Por qué Correa no tomó con humor la caricatura de Bonil del pasado 22 de enero, en que hacía referencia a la revuelta policial del 30 de septiembre del 2010? Galo Mora, secretario ejecutivo de Alianza País, dice que no se trata de una exagerada sensibilidad de Correa frente a una caricatura. A su juicio, esos trazos traspasaron la esfera del humor para instalarse en un hecho lamentable, en referencia a los caídos del 30-S. Por eso defiende que se ha solicitado que el medio se disculpe con Correa.
1984 – 1988
En el gobier – no de León Fe- bres Cordero varios de sus mi- SFlb nistros y colabo- r adores fueron señalados por presuntos actos de corrupción. Varios de esos episodios fueron caricaturizados en el país.
1988 – 1992
Rodrigo Borja solía subirse a submarinos, tanques y aviones de guerra. Por eso, cuando enfrentó una paralización, se lo dibujó en un trucutú, que era usado para dispersar huelgas.
1992 – 1996
Sixto Durán Ballén siempre hizo gala de tener un buen estado de salud, pese a algunos quebrantos. Incluso decía que hacía flexiones de pecho. Pero no decía qué cargaba mientras las hacía.
1997 – 1998
El presiden- te interino Fabián Alarcón siempre se caracterizó por su habilidad política. Se lo dibujó como Poncio Pilatos, porque supuestamente se lavó las manos con la consulta de 1997.
1998 – 2000
Jamil Mahuad llegó al poder con la promesa de capitanear el Titanic, en referencia a los destinos del Ecuador. Al quebrar el sistema financiero, también se hundió su nave.
2000 – 2002
Gustavo Noboa también fue objeto de críticas. Y su hermano Ricardo, jefe del entonces Conam, era reconocido por su ‘omnipresencia’ en el Estado, de la que se llegó a enterar el Papa.
2003 – 2005
Lucio Gutiérrez debió pactar desde el inicio con diferentes actores. Entre ellos el ex presidente Abdalá Bucaram, con quien se entrevistó en Panamá. Aquí la postal de ese encuentro.
2005 – 2007
Alfredo Palacio llegó al poder prometiendo refundar el país, luego de la revuelta de los ‘forajidos’. Su acercamiento con el alcalde Jaime Nebot no pasó por alto para Pancho Cajas.