Policía mató a 10.000 civiles en 11 años de guerra contra narcos en Río

Río de Janeiro, DPA

Más de 10.000 civiles murieron en Río de Janeiro en supuestos enfrentamientos armados con la policía entre 1995 y 2007, en el marco de la "guerra" contra el narcotráfico en las favelas de la ciudad brasileña, reveló un estudio de una organización no gubernamental.

El informe del Instituto de Estudios de la Religión (Iser), divulgado hoy por el diario "O Estado de Sao Paulo", se basa en estadísticas de la propia gobernación provincial sobre las muertes de civiles justificadas por la policía como reacción a la resistencia armada de supuestos delincuentes.

Según el autor del estudio, el sociólogo Ignacio Cano, los premios financieros concedidos por las autoridades de Río a los agentes que se destacaran por "acciones de coraje" estimuló la práctica policial de asesinar a sospechosos.

Desde ese entonces, el índice de mortalidad en operativos policiales saltó de 1,7 a 3,5 casos fatales por cada persona herida. Cano apuntó que las 10.216 muertes ocurridas entre 1995 y 2007 representan un número de víctimas fatales "superior a muchas guerras", y no contribuyeron a reducir los índices de violencia en la ciudad que albergará la final del Mundial de Fútbol de Brasil 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.

"Se trata de una política que no trajo nada positivo", sostuvo el sociólogo, quien es subdirector del Laboratorio de Análisis de la Violencia en Río de Janeiro, quien recordó que en Sao Paulo, que tiene 2,5 veces más habitantes que Río, el número de civiles muertos a manos de la policía es un 40 por ciento menor.

La Secretaría de Seguridad Pública de Río, a su vez, no desmintió las cifras, pero trató de justificarlas, afirmando que las autoridades locales "no renunciarán a reprimir a los narcotraficantes", que usan "fusiles, armas de alta letalidad, y enfrentan el poder legal a cualquier precio".

"La policía está obligada a actuar en ese contexto", afirmó el comunicado oficial, que sostuvo que la solución para la violencia en Río "es de mediano y largo plazo", a través de la política de ocupar y pacificar favelas controladas por los delincuentes y de "un mejor control de las armas que llegan al estado".

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