La situación en El Pan se recrudece. Este miércoles, 21 de febrero del 2018, los últimos habitantes que quedaban en esa comunidad fronteriza abandonaron sus casas y se refugiaron en San Lorenzo, Esmeraldas.
La población, atemorizada por los enfrentamientos entre soldados ecuatorianos y disidentes de las FARC, se ha visto obligada a huir hacia una zona segura. Las primeras salidas se produjeron el domingo, 18 de febrero, horas después del primer ataque de los armados ilegales. Ese día, los soldados pidieron a la gente abandonar la comunidad.
“Los militares nos dieron de 5 a 10 minutos para coger nuestras cosas y desocupar las casas”, recuerda el presidente del pueblo, Hegardo Caicedo.
Militares resguardan el ingreso a la población fronteriza de El Pan, en San Lorenzo. Foto: EL COMERCIO
María Caicedo, de 60 años, fue de las primeras en irse. Dice que el sábado (17 de febrero) se botó al piso cuando escuchó la ráfaga de disparos. “No sabemos cuándo podremos volver. Dejamos a nuestros animales, la ropa, todo”, comentó ayer mientras esperaba la ayuda del Municipio de San Lorenzo.
Por la tarde, la Alcaldía y la Secretaría de Gestión de Riesgos entregaron vituallas a los pobladores desplazados. Y anunciaron que levantarán un albergue temporal en una unidad educativa de la ciudad.
En el plantel acogerán a las 50 familias (unas 200 personas) que vivían en el poblado.
Por ahora se quedarán en casas de amigos y de familiares.
Temprano permanecieron momentáneamente en una construcción abierta que tiene el Municipio. Allí fueron registrados uno a uno.
Esperanza Caicedo salió de El Pan el martes, poco después del segundo enfrentamiento entre soldados y exguerrilleros de las FARC. “Los militares se subieron a las casas para poder disparar. Estamos asustados. Queremos saber qué está pasando realmente”.
La respuesta llegó desde Quito. Este miércoles, 21 de febrero, el ministro del Interior, César Navas, señaló que detrás de estos hechos se encuentran carteles de la droga, que tienen como brazo de apoyo a los disidentes colombianos. “Son mexicanos, de lo que tenemos información compartida con Colombia (…) En un marco general, sí, le digo que son carteles”.
Esto hizo que las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional activaran un mando unificado, que estará comandado por un general de las Fuerzas Armadas. Así se fortalecerá la seguridad en la frontera.
Alberto Caicedo, de 69 años, también abandonó El Pan en las últimas horas. Inicialmente, los soldados dijeron a los pobladores que podían volver en 15 días. Pero los habitantes dudan que eso se cumpla. Desde el fin de semana, el acceso a El Pan está restringido.
Los civiles solo pueden avanzar hasta Guadalito, una comunidad situada a una hora en auto. Allí hay un control militar que impide el acceso de vehículos y personas.
Familias enteras llegaron a San Lorenzo, luego de los ataques en El Pan. Foto: EL COMERCIO
Hasta este martes, 20 de febrero, Guadalito era utilizado como una zona de descanso de los soldados. Incluso se adaptó un área para la llegada de camiones militares.
Pero este miércoles, EL COMERCIO constató que los vehículos avanzaron y se ubicaron en zonas estratégicas, debido a que El Pan ya está desalojado. Los uniformados no descartan que en las próximas horas se dé un nuevo enfrentamiento.
Frente a El Pan está Montañita. Desde esa zona colombiana los disidentes de las FARC coordinan los ataques contra los soldados ecuatorianos, advierten los pobladores.
Los reportes de Inteligencia colombiana advierten que alias ‘Guacho’ -a quien se atribuye el ataque al comando de Policía de San Lorenzo- se mueve entre Montañita, Puerto Rico, Dorado o Brisas del Mataje, comunidades que están frente a El Pan.
Este Diario conoció que al menos 2 000 militares colombianos se desplazarán hacia esos puntos. Ayer, el ministro Navas aseguró que alias ‘Guacho’ maneja al menos 120 hombres en Nariño, frontera con Esmeraldas. Este grupo “brinda sus servicios” a carteles del extranjero, dijo.
Pero en Nariño no solo hay presencia del frente liderado por ‘Guacho’. Las investigaciones refieren que en ese departamento colombiano también hay injerencia de las Guerrillas Unidas del Pacífico (otro grupo disidente de las FARC), Gente del Orden, y el Clan del Golfo, una mafia de la droga.
Todas estas organizaciones criminales manejan las rutas de la droga, los laboratorios y las plantaciones de hoja de coca que hay en Nariño.
Robinson Caicedo es otro habitante de El Pan. Ayer intentó avanzar hasta la comunidad para recoger las cosas que ahí quedaron, pero los militares le impidieron el paso.
“Solo queremos que nos permitan ingresar y sacar la ropa, los animales, lo que se pueda. Incluso se puede hacer en compañía de ellos (militares)”, pidió. Los habitantes, que viven de la caza y la agricultura, ahora temen quedarse sin ingresos económicos.
Jairo Cantincús, presidente del gobierno parroquial de Mataje, reconoció que la situación es “preocupante y compleja”. El dirigente alertó que otras zonas fronterizas, como La Cadena, Labores Agrícolas, Mataje o Campanita, están en riesgo. Y pidió la intervención del Gobierno.
Por ahora, una delegación de Ecuador viajará a Colombia para intercambiar información relacionada con la seguridad de la frontera. A ese grupo lo acompañará al fiscal Carlos Baca Mancheno, quien recopilará la información con relación al atentado terrorista que se perpetró el 27 de enero en San Lorenzo, Esmeraldas.
Según Navas, “la dinámica de la frontera cambió por los procesos que se desarrollan en Colombia. Estos procesos no se alcanzan de la noche a la mañana, por ello reforzamos los operativos de control en la frontera desde meses atrás”.
De hecho, en la reunión que la semana pasada mantuvieron los presidentes de Ecuador, Lenín Moreno, y de Colombia, Juan Manuel Santos, hablaron de la necesidad de trabajar en temas como educación, salud, producción, servicios sanitarios y otros.