Un estudio ecuatoriano cuenta ya con dos publicaciones internacionales. Este muestra el efecto que tienen los alcaloides obtenidos de ciertas plantas nativas contra las dolencias del sistema nervioso central, concretamente contra la enfermedad del alzhéimer.
Todo comenzó en España. Karen Acosta, quien residía en ese país desde el año 2000, recuerda que dejó Ecuador luego del feriado bancario y por la crisis económica, como tantos migrantes. La experta vivió y se educó en Tarragona, Cataluña; hace nueve años completó sus estudios de posgrado en Biotecnología.
Siempre tuvo como proyecto de vida regresar a Ecuador y participar en investigaciones locales para aportar al desarrollo de nuestro país. En esa época, se aficionó al estudio de las plantas. Cuando estaba en España buscó un grupo de investigación que se dedicara al tema en la Universidad de Barcelona.
Ahí localizó al experto Jaume Bastida, especialista en Amaryllidaceae. Esta es una familia de plantas que capta la atención mundial, porque los alcaloides que se pueden extraer de ellas tienen el potencial de convertirse en probables tratamientos contra el alzhéimer.
Acosta buscó contactar a una experta en Ecuador. En unas vacaciones en nuestro país tuvo referencias y encontró a la PhD en Botánica Nora Oleas, catedrática de la Universidad Indoamérica (UIA), ubicada en Quito. En Ecuador, estas plantas habían sido investigadas desde el punto de vista botánico, pero no desde el espectro químico.
Análisis químico de la flora
Acosta cumplió su sueño de volver definitivamente al país y comenzó a trabajar en la Escuela Superior Politécnica del Chimborazo (Espoch). Allí instauró un método desconocido en Ecuador para investigar la actividad inhibitoria de enzimas, relacionadas con el alzhéimer. La experta buscó estudiantes en proceso de iniciar sus tesis para apoyar su trabajo de investigación. Reclutó a 15 alumnos de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Espoch.
Entre ellos estaba Alexandra Inca. Ya en 2017, Acosta viajó a Argentina y se involucró en un proyecto internacional. Se trataba del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (Cyted). Este desarrollaba el proyecto ‘La biodiversidad iberoamericana como fuente de recursos naturales para su explotación sostenible’.
Este programa tiene como objetivo establecer bases para aprovechar recursos naturales en los que se buscan principios activos para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas. Acosta recuerda que cuando iniciaron el estudio en Riobamba no tenían los equipos necesarios, a veces ni pipetas básicas. Los gestionaron a través de proyectos de la Espoch y de la UIA.
Hasta el momento han estudiado ya casi todas las especies de Amaryllidaceae de Ecuador y los artículos al respecto se publican alrededor del mundo. El primero apareció en la revista especializada suiza Molecules. El segundo artículo fue publicado en la Revista Sudafricana de Botánica.
Actualmente, Acosta, Oleas, Inca, Jaume y otros científicos de Ecuador y otros países integran el denominado Grupo de Investigación de Productos Naturales y Farmacia. Ahora cuentan con equipos para determinar la actividad in vitro de las potenciales sustancias contra el azhéimer. Eso sí, todavía no se pueden identificar en Ecuador las estructuras químicas de los alcaloides.
La contingencia la superan con la colaboración de la Universidad de Barcelona, que tiene los equipos, una base de datos completa y experiencia en plantas Amaryllidaceae. Estas son una fuente bien conocida de alcaloides que inhiben enzimas que provocan el alzhéimer.
De hecho, uno de estos alcaloides, el galantamina, se utiliza actualmente para el tratamiento de esta enfermedad. Sin embargo, la cantidad obtenida es insuficiente frente al universo de pacientes que lo requieren. Por eso, la investigación está enfocada en la búsqueda de nuevos inhibidores que puedan ser potencialmente usados como terapia.
En Ecuador existen 36 especies de plantas de la familia Amaryllidaceae, de las cuales 15 son endémicas, localizadas principalmente en el norte de la cordillera de los Andes. Todas ellas se encuentran amenazadas: seis en peligro de extinción y cuatro vulnerables.
En nuestro país estas plantas se localizan en las partes medias y altas de las provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha y Napo. Están entre los 2 000 y los 4 000 metros sobre el nivel del mar. Las muestras para el estudio fueron recogidas en Cuicocha y en la vía Ibarra-San Lorenzo, en Imbabura.
Las Amaryllidaceae tienen raíces bulbosas y flores vistosas. El neurólogo Juan Salas dice que los inhibidores enzimáticos obtenidos de las plantas estudiadas influyen en fenómenos como la memoria, el sueño y la vigilia.