La papa caliente está en las manos del alcalde de Quito, Mauricio Rodas. Él debe decidir si aprueba el pedido de los transportistas de incrementar las tarifas del servicio de bus urbano.
¿Por qué la solicitud a los alcaldes, cuando este tema es competencia de la Agencia Nacional de Tránsito? De hecho, ayer 20 de agosto esa entidad aprobó provisionalmente la subida del pasaje de Quito a Ibarra de USD 2,5 a 4.
Además, las autoridades se comprometieron a hacer un estudio técnico para fijar una tarifa real, aunque solo fuera por corto tiempo, mientras dura el cierre de un tramo de la vÃa Guayllabamba.
¿Por qué los transportistas no acudieron al Gobierno, como lo hicieron en años pasados? La cercanÃa de los dirigentes de los choferes profesionales y del transporte público con el movimiento oficialista Alianza PaÃs posibilitó la entrega de subsidios y otros beneficios para el sector.
También impidió las anunciadas paralizaciones del servicio de transporte. PolÃticamente, los dirigentes Luis Arias (de Guayas) y José Zapata (de Los RÃos) llegaron a la Asamblea por la lista 35.
El pedido de los transportistas quiteños se presta para varias lecturas. Las tarifas del servicio de transporte público son un tema sensible y nadie quiere quemarse, al menos nadie desde el sector del Gobierno.
A quien le toque manejar el tema, se expone a un desgaste polÃtico de grandes proporciones, ya que se toca el bolsillo de la gente de a pie.
Por ahora está Rodas; en adelante podrÃan ser más alcaldes, porque los transportistas urbanos de otras ciudades emularán el pedido de sus pares quiteños.
Seguramente los próximos pedidos llegarÃan para los alcaldes de Guayaquil y de Cuenca, que como ocurre con Rodas, no son de Alianza PaÃs.
Entonces, el dilema. Si hay una subida de las tarifas afectará a millones de usuarios ecuatorianos, pero sino, los choferes pueden recurrir a su conocida medida y que les ha dado resultados: bloquear las ciudades.