“Vamos a limpiar la suciedad que esta gente provoca a la imagen de Brasil”, ofreció ayer el presidente brasileño Lula da Silva, para quien “llevará tiempo resolver la violencia que generan estas bandas de narcotraficantes”.
En referencia a la oleada de violencia que vivió Río de Janeiro, el fin de semana, el Mandatario destacó que “es imposible no condenar estos hechos y defender la persecución de los culpables”.
Para afrontar la violencia en la ciudad, Lula da Silva ofreció a la Policía de Río de Janeiro 100 millones de reales (USD 58 millones) y la restitución del helicóptero abatido el sábado.
En la misma línea, el gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, afirmó que la ciudad será ‘pacificada’ para el Mundial de Fútbol de Brasil 2014 y para los Juegos Olímpicos 2016.
“Vamos a seguir con nuestro trabajo para que Río de Janeiro esté pacificada antes, durante y después de los Juegos. Dijimos al Comité Olímpico Internacional (COI) que no es fácil y ellos lo saben”, concluyó.
El alcalde de Río Eduardo Paes, dijo, por su lado, que “aún tenemos mucho por hacer”.