En las calles de la Quito no se realizan controles aleatorios de gases a buses del transporte público.
La subida de la avenida Colón es una competencia para ver qué bus arroja más humo negro. Son pocas las unidades que aceleran, el motor ruge y sus tubos de escape delatan la contaminación.
El viernes 31 de marzo, a las 12:00, entre la 6 de Diciembre y la 12 de Octubre, circulaban tres unidades azules. Dos de ellas desprendían gases negros.
A la altura de la calle José Tamayo, una de las unidades frenó y luego arrancó desprendiendo tanto humo que las personas que estaban en la calle debieron taparse la nariz con sus prendas de vestir.
La AMT y Secretaría de Movilidad no responden por el control
La pregunta es clara: ¿cómo un bus que contamina tanto puede circular si Quito tiene una normativa que regula la emisión de gases?
Lo grave de esta situación es que ni la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), ni la Secretaría de Movilidad responden con información clara sobre los controles de emisiones que se realizan a las unidades de transporte público.
El 22 de marzo del 2023, EL COMERCIO solicitó a la AMT cuántos buses se han presentado a la Revisión Técnica Vehicular (RTV), cuántos han pasado y las principales razones por las cuales no pasan, pero la entidad indicó que quien maneja esa información es la Secretaría de Movilidad.
El 24 de marzo esa Secretaría indicó que esa información la maneja la AMT que es la responsable de la RTV.
Desde entonces, se hicieron cuatro pedidos de información, pero ninguna de las dos entidades respondió argumentando que no son las encargadas de manejar el tema.
Lo que sí precisó Gisel Paredes, secretaria de Movilidad de Quito, es que el cumplimiento de los parámetros ambientales es uno de los requisitos que las operadoras deben cumplir para poder subir el pasaje de USD 0,25 a USD 0,35.
Aclaró que deben tener los documentos en regla, es decir, el bus debe estar al día en la matriculación y la RTV y que se entiende que si pasó la revisión es porque cumple con los parámetros ambientales y no está contaminando.
De las 66 operadoras que funcionan en Quito, 60 ya tienen la actualización tarifaria, cuatro están en proceso y dos están subsanando temas legales.
Es decir, de los 3 330 buses que operan en Quito, unos 3 000 ya subieron el pasaje.
Buses pasan la RTV en otros cantones
Se debe entender que no todos los buses pasan la RTV en Quito, la normativa da la posibilidad de que las unidades hagan ese proceso en cualquier cantón certificado. El problema es que no existe una base de datos unificada que permita compartir esa información entre cantones.
La autoridad no conoce la cifra de cuántos buses se presentaron en Quito y cuántos en otros cantones, pero explica que si cuentan con la matriculación es porque pasaron la RTV caso contrario no podrían circular.
Si un bus no pasa la RTV y circula debe pagar una multa de entre cinco y ocho Salarios Básicos Unificados (SBU).
Paredes indicó que se pueden hacer chequeos aleatorios solo cuando haya una denuncia ciudadana y que para subir el pasaje, los buses deben emitir una bitácora de mantenimientos preventivos y correctivos a la Secretaría.
Es decir, mientras los buses cumplan su vida útil que es de 10 años y pasen la RTV pueden seguir operando y la Secretaría no tiene equipos ni la potestad para hacer controles de emisiones aleatorias.
Los autos y buses contaminan
La contaminación del aire de Quito se genera por cuatro factores: Incendios forestales (11%), fábricas (12%) Vehículos a gasolina (38%), y vehículos a diésel (39%). Es decir, los automotores son los responsables del 77% de la contaminación.
Valeria Díaz, coordinadora de la Unidad de Investigación, Análisis y Monitoreo de la Secretaría de Ambiente, explica que durante los primeros meses de pandemia, cuando nadie salía de sus casas, hubo un descenso del 70% del material particulado en el aire, pero conforme la normalidad regresó, la contaminación también.
A pesar de que pareciera que los buses contaminan mucho más que los autos particulares, no es así. Ambos contaminan casi por igual.
El principal problema es la calidad del combustible. Eso, a pesar de que en el 2005 se logró que el diésel automotriz que se comercializa baje de 7 000 partes de azufre por millón a 500 partes.
Actualmente, el combustible cuenta con entre 150 y 350 partes, que está dentro de la norma ecuatoriana, pero que aún así es altísimo en comparación con las 30 partes por millón que exigen las normas internacionales.
¿Qué pasa con los controles aleatorios? “Es una responsabilidad de movilidad y hemos pedido que se nos entregue el seguimiento de los operativos, pero no entregan porque al parecer no se están realizando desde el 2020”, asegura Díaz.
Visita nuestros portales: