El mercado nacional ya siente los efectos de la poca producción que salió de la última cosecha de cebolla paiteña para el consumo. Esta merma hizo que el producto se encareciera en toda la cadena de la comercialización.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la cebolla fue el artículo que más presionó al alza en el índice de precios al consumidor, dentro del segmento de alimentos, con una inflación del 5,16% en mayo pasado.
Uno de los factores que incidió en el incremento del precio fue la dificultad en la cosecha que hubo en Perú y Colombia, por problemas climáticos.
Perú es el que más surte de su producción a Ecuador ante el déficit que tenemos para generar lo suficiente.
Pero esta dinámica comercial está más marcada por el contrabando, ya que por las vías formales las importaciones provienen principalmente desde Chile.
El agro ecuatoriano produce 50 000 toneladas anuales de cebolla. El país necesita cada año de por lo menos 150 000 toneladas de este producto, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Édison Cobo, director Distrital del MAG de Tungurahua, aseguró que la cebolla paiteña y la perla blanca son las de mayor uso en la gastronomía del país.
El consumo anual, con lo que al momento se produce de paiteña, es de seis libras por habitante. Los compradores reportaron que la libra de cebolla pasó de USD 0,24 a 0,30, el mes pasado.
Mientras que en los 13 primeros días de junio llegó a USD 0,50 y desde que se inició el paro nacional subió a USD 0,70. “Eso evidencia un incremento importante especialmente para el consumo en restaurantes y en los hogares ecuatorianos”, explicó Cobo.
Frente a esto se trabaja en incentivar la producción local y aumentar el número de hectáreas en las zonas productivas como en Chimborazo, Tungurahua, Carchi, Loja, Santa Elena, y Loja.
Sin control en fronteras
Los productores coinciden en que el sector se ha venido deprimiendo por el contrabando que, además, los desalienta a sembrar.
El titular del MAG en Tungurahua coincide en eso y dice que la disminución del área cultivada en el país se debe al ingreso por contrabando de cebolla y ajo.
“Es poca cebolla la que entra legalmente. Es un problema recurrente y no ha logrado ser controlado en las fronteras. Eso ocasiona que el precio baje y no representa ganancias para el agricultor”, enfatizó Édison Cobo.
Según el Banco Central, en 2020 se importaron desde Chile apenas 413,4 toneladas de cebolla roja y perla blanca. El año pasado solo llegaron 50 toneladas.
Camilo Yucalla, productor de cebolla en el sitio Rumipamba del cantón Quero y presidente de la Asociación de Productores de Tungurahua, está preocupado por este desfase.
En agosto del año pasado él sembró dos hectáreas y en la cosecha de febrero de este año logró 1 200 costales. El costo de la mula, como le llaman al equivalente a dos sacos, fue de USD 30 en mayo pasado y en junio, antes del paro, estuvo en USD 35.
Para Yucalla, producir cebolla ya no es negocio, debido a que no pueden competir con la cebolla peruana que ingresa en grandes cantidades por las fronteras.
“Sin control de las autoridades y con menos área del cultivo todo se estrecha”, se quejó.
En Rumipamba se siembran unas 20 hectáreas de cebolla cada año y la superficie no se ha incrementado últimamente.
Impacto en negocios
Al menos cinco quintales de cebolla se consumen mensualmente en la marisquería Maremoto, ubicada en el centro de Ambato.
José Chilco, propietario, corroboró que los altos costos inciden en las ventas de su negocio.
Y dice que no puede subir el precio del encebollado o los cebiches porque la gente luego no los consume. Una forma de mantenerse, agrega, es racionando la cantidad.
Impacto en comercio
De acuerdo con el Banco Central, las exportaciones de cebolla, en el período julio y septiembre de 2021, decrecieron.
Se envió apenas 5,6 toneladas por un valor de USD 53 000.
La cifra exportada fue menor a la colocada en 2020, cuando se vendieron 7,7 toneladas.
El estudio del Banco Central concluyó que hubo una disminución en la superficie sembrada de entre el 2% y 5% entre el 2016 al 2021. Sucedió en mayor medida en Tungurahua, Loja, Chimborazo y Azuay. La investigación también reveló que los agricultores comercializaron el 92% de la producción a un precio de venta promedio de USD 18 el quintal, en 2021.
En el año previo el valor fue de USD 21. El canal de comercialización más utilizado por los productores fue la venta a través de los intermediarios. El rendimiento alcanzado llegó a 423 quintales por hectárea en promedio.
Los principales problemas que enfrentaron los agricultores en el período de cosecha fueron: bajo precio de venta del tubérculo, altas tasas de interés, alto costo de mano de obra, escasez de mano de obra y clima desfavorable (12%). Además, la falta de vías de comunicación para movilizar su producción a las ciudades.
Costos
El listado de precios emitidos por el Mercado Mayorista de Ambato es referente para los centros de abastos del país. Ahí se evidencia que la libra de cebolla subió en 66% en menos de un mes.
Tungurahua tenía 600 hectáreas de cultivo, pero al ingresar la cebolla de Perú y Colombia el número de hectáreas disminuyó a 480 en Quero, Cevallos, Mocha y Ambato. Este cultivo desapareció en Chibuleo y Pilahuín y ahora cosechan fresa y mora, que tienen más rentabilidad.
Los altos costos de producción por el incremento de los insumos y fertilizantes también desaniman a los agricultores ecuatorianos.