Erosión del río Coca a la altura del barrio San Luis, en El Chaco. Foto: Cortesía Nelson Baldeón.
El pasado jueves 22 de octubre de 2020 se registró el colapso total del puente sobre el río Montana, debido a la erosión regresiva del Río Coca.
La información la dio a conocer el ministerio de Obras Públicas a través de un comunicado.
Desde febrero pasado, cuando colapsó la cascada San Rafael, hasta el 16 de julio del 2020, el proceso de erosión regresiva del río había avanzado 5,1 kilómetros, tomando como punto de partida el desaparecido salto de agua.
Dos días después se produjo un deslizamiento de tierra en el cauce del río Coca, en la confluencia con los ríos Marker y Montana (Napo). Eso generó un nuevo taponamiento que represó durante casi cinco horas el agua del afluente en esa zona.
Parte de la infraestructura de la vía Lago Agrio se desplomó por la erosión del río Coca, el 22 de agosto del 2020. Fotos: Cortesía
La erosión regresiva del río Coca ha puesto en peligro infraestructura estratégica como el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (Sote) y el Oleoducto de Crudo Pesados (OCP). Asimismo, ha generado problemas para la infraestructura vial.
En septiembre pasado se conoció que la situación amenaza también las instalaciones de la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair (CCS).
Actualmente “ya se plasma el estado de riesgo que tienen las obras de captación de la Central”, reconoció en ese mes Roque Proaño, ingeniero geólogo de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), durante un conversatorio.
Ahora, tras el colapso del puente, el Ministerio decidió habilitar la variante provisional de 650 metros en el kilómetro Km 67 de la vía Baeza-Lago Agrio. El objetivo es mantener la conectividad entre