Comenzó la temporada de descuentos de Navidad y Fin de Año. Los almacenes y centros comerciales buscan atraer a los compradores con descuentos, ofertas, sorteos, horarios extendidos y facilidades de pago.
El sector comercial intenta recuperarse después de la pandemia, que según la Cámara de Comercio de Guayaquil provocó pérdidas por USD 30 000 millones, desde el confinamiento hasta la fecha, por lo que hacen ofertas casi imposibles de rechazar.
Para no caer en tentación y proteger los recursos de la familia, una de las recomendaciones es hacer una lista de cosas que se necesitan en la casa y un presupuesto para poder cubrirlas.
La lista debe incluir las necesidades prioritarias de nuestra familia como reponer la lavadora que se dañó, renovar el celular o adquirir ropa para retomar la jornada presencial.
También se debe incluir en esa lista los regalos que piensa dar en Navidad y los que se usarán en eventos sociales como los intercambios en la oficina o la familia.
Lorena Saavedra, consejera en temas de finanzas personales, señala que es vital planificar las compras, hacer un sondeo de precios las semanas anteriores y, al momento de la compra, revisar los precios en todos los almacenes que vendan el artículo que necesitamos.
“Caer en el impulso de comprar no es ahorro”, señala Saavedra.
La importancia de tener una lista es que permite fijar un presupuesto, el que impedirá que el comprador se endeude en el momento de hacer sus compras de fin de año.
La lista y el presupuesto funcionan tanto para compras presenciales como para las compras online. Según Kantar Brands, 80 000 hogares ecuatorianos se suman al mes a las compras desde sus casas.
La Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) señala que se debe usar la tarjeta de crédito con prudencia y que no se debe pensar que es un “dinero adicional en la cuenta” sino es un crédito que se otorga, por lo que debe ser usado de manera responsable.
Una recomendación que da la Asobanca es pensar en la vida útil del artículo que se compra. Si tiene una vida corta, como alimentos, recomienda el pago corriente o al contado. Pero, si el artefacto es de larga duración, como una lavadora, es práctico pagar a plazos, aprovechando facilidades como meses de gracia o pagos sin intereses.