En el ITT se perforarán 600 pozos hasta el 2025

El 7 de septiembre pasado, la producción del Tiputini se incorporó oficialmente. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El 7 de septiembre pasado, la producción del Tiputini se incorporó oficialmente. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El 7 de septiembre pasado, la producción del Tiputini se incorporó oficialmente. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

El plan de desarrollo del campo petrolero ITT (Ishpingo, Tambococha y Tiputini) contempla la perforación de 600 pozos en el período 2016 -2025. Parte del campo se encuentra en el Parque Nacional Yasuní.

El gerente de Petroamazonas, Alex Galárraga, informó del tema el jueves pasado en el encuentro Oil&Power. La inversión en las tres áreas sumará USD 6 216 millones en ese período.

Con ello, se espera alcanzar el pico de producción de crudo (300 000 barriles diarios de petróleo) en el 2022.

Las tareas de extracción arrancaron oficialmente el 7 de septiembre pasado en el Tiputini, que está fuera del Parque Yasuní, declarado Reserva de la Biósfera en 1989.

Hasta la fecha se han perforado 13 pozos en esa área y ocho fueron productivos. Esa tarea se ha hecho aplicando una tecnología nueva, denominada de racimo, que permite perforar varios pozos desde una sola infraestructura.

Según la petrolera estatal, esta tecnología permite reducir el impacto ambiental y se aplicará también en Tambococha e Ishpingo.

El plan de Petroamazonas en el ITT contempla la perforación de 600 pozos a través de 25 plataformas, hasta el 2025.

“Habrá más dificultad pero permite utilizar la misma plataforma. En el país existen experiencias en plataformas que tienen hasta 60 pozos”, dijo el Gerente de Petroamazonas.

En 10 años, la estatal perforará 60 pozos anuales, en promedio en esta área. Petroamazonas perforó el año pasado 152 pozos en sus otros campos.

Cada plataforma ocupa tres hectáreas (ha), que es el espacio aprobado en su permiso de impacto ambiental. Según Galárraga, se espera reducir el área a entre 2 y 2,5 hectáreas por plataforma para optimizar el espacio de perforación. El funcionario aclaró que la zona de explotación de las tres áreas será solo de 200 hectáreas.

Para Patricio Chávez, parte del movimiento Yasunidos, el número de pozos y plataformas revela la gran magnitud del proyecto. La tecnología en racimo reduce el impacto, pero no elimina el riesgo de eventuales derrames en un “área sensible como el Yasuní”.

Además, le preocupa el bajo costo de producción, de USD 10,39 por barril, incluso por debajo de otros campos. Teme
que eso signifique que no se esté aplicando la tecnología de punta que requiere este tipo de intervenciones, sobre todo en Tambococha e Ishpingo, que están dentro del parque.

Según las autoridades, los trabajos aún no comienzan en estos campos. En el Tambococha comenzará en el 2017.

Las autoridades insistieron en que el cuidado del ambiente será una prioridad.

El Gerente de Petroamazonas indicó que se han implementado 104 salvaguardas ambientales, que son las facilidades construidas para reducir el impacto ambiental. Entre ellas están 47 pasos deprimidos, madrigueras, un comedero, 10 puentes de dosel, zonas de anidación y otros.

Además de esto, se hizo una revegetación en 22 hectáreas. “No deben preocuparse por Petroamazonas (en la parte ambiental) porque vamos a cumplir con el número de hectáreas que se concesionaron y estamos optimizando con nuevas técnicas de perforación”.

Olegario Alonso, experto español en Geología y Petróleo, indicó que, como en cualquier actividad extractivista, cualquier intervención, como la apertura de un pozo, ya impacta al ambiente. Sin embargo, enfatizó que lo importante es que haya garantías para evitar un impacto mayor, por lo que es necesaria una remediación en la zona de explotación.

“Está en manos de los entes del Estado que hagan controles periódicos. Así se minimizará la alteración del medio”.

En esto coincidió Jorge Araujo, experto en temas de recursos no renovables. Para él, uno de los pilares para evitar un impacto ambiental es el uso de tecnología de punta. Sostiene que el sector petrolero ha cambiado. “Antes parecía que se iba a hacer un aeropuerto en el lugar donde se perforaban los pozos Se abrían vías carrozables, se construían casas, restaurantes y, en ocasiones, las estructuras se quedaban ahí”. Hoy ya no se requiere tanta infraestructura y se ha reducido el impacto, dice.

En contexto
El ITT fue parte de una iniciativa ambientalista del Gobierno, que planteaba dejar el crudo bajo tierra a cambio de una compensación internacional de USD 3 600 millones, la cual no se concretó. La Asamblea autorizó hace dos años la explotación del bloque.

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