El cambio en el nivel de alerta epidemiológico por el covid-19, que ahora en Quito es rojo, preocupa a diversos sectores productivos de la capital, quienes tienen que adaptarse a los cambios.
Actividades como la industria y el comercio temen que las nuevas restricciones detengan el ritmo de reactivación, que ha estado cobrando fuerza desde el último trimestre del año pasado. Otros sectores que no han podido reactivarse, como el turismo, consideran que las medidas van a estancar su recuperación.
Comercio
El sector comercial prevé una reducción de las ventas, tras la declaración de alerta roja, por efecto de la reducción de aforos. Luis Naranjo, jefe de análisis económico de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) agregó que la misma reducción de personas, que antes acudían al trabajo presencial y ahora lo hacen de forma remota, ya genera un decrecimiento de la afluencia a los negocios y centros de consumo.
En el último semestre las ventas del sector privado registraron un crecimiento promedio de 16%, según la CCQ. Ahora con las medidas, el gremio estima que en el primer mes de 2022 exista una desaceleración en las ventas. Esto dará como resultado una caída de la tendencia creciente, explicó Naranjo. Por ello, el experto consideró que las autoridades deben evaluar semanalmente las disposiciones para determinar los impactos.
Industria
El sector productivo opera con normalidad, precautelando la salud de los colaboradores con medidas como turnos de trabajo en las áreas esenciales y con teletrabajo en el resto de actividades, afirmó Pablo Zambrano, presidente ejecutivo de la Cámara de Industrias y Producción (CIP).
El directivo señaló que el 2021 ya se vio una recuperación económica; no obstante, con el surgimiento de la nueva variante y el incremento de los contagios, se está dando un nuevo proceso de paralización en algunos sectores; por lo cual se están reforzando los protocolos de bioseguridad.
En ese contexto, los sectores de la pequeña y mediana industria estiman que el panorama se mantenga durante este mes y eso les genera preocupación porque no tienen la misma capacidad para afrontar las medidas como las grandes compañías.
En primer lugar, es un reto para este segmento empresarial garantizar la continuidad de las funciones, ya que la mayoría de actividades productivas requieren mano de obra presencial, explicó Gabriela Borja, presidenta de la Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pichincha (Capeipi) y también deben cumplir con las obligaciones que tienen con el personal, proveedores y otros, en medio de la generación de menos ingresos.
Restaurantes
Los restaurantes en la capital atenderán con el 50% de aforo, esto implica una reducción en los ingresos explicó Diego Vivero, vocero de la Agremiación de Restaurantes de Pichincha.
Vivero, también propietario de un restaurante, afirmó que los impactos negativos se registran desde diciembre y continúan hasta la fecha; por ejemplo, los ingresos de estos días de enero son menores a los registrados en las mismas fechas del año pasado.
Existe preocupación porque los negocios han invertido en adaptarse a los cambios que existen a raíz de la pandemia; por eso se han endeudado y no pueden reactivarse para cumplir con esta carga económica.
Para Vivero, a la par de las medidas de restricción, el Gobierno debería proponer compensaciones como contratos laborales flexibles que se adapten a las restricciones o flexibilidad en el acceso a créditos productivos para reactivar al sector.
Turismo
Como una nueva limitación ve el sector turístico a las nuevas medidas de la alerta roja, señaló Raúl García, presidente de la Cámara de Turismo de Pichincha.
El directivo comentó que el sector hasta el momento no puede reactivarse; ya que con el incremento de contagios se han cancelado los viajes de turistas internacionales y se ha limitado la movilización del turismo interno.
“Ya no hay dinero para aguantar el detenimiento de las actividades, es muy complicado porque además hay nuevas cargas como mayores impuestos”, aseguró García. Existe temor que, por este estancamiento, los negocios dedicados al turismo tengan que cerrar.
Los diversos sectores coinciden en que las medidas restrictivas no han solucionado el problema de la pandemia y que las autoridades deben buscar alternativas que garanticen la salud y seguridad de las personas, pero sin perjudicar a la reactivación económica. Además, afirmaron que se debe seguir impulsando el proceso de vacunación.